200 metros cuadrados de lujo y tradición: la espectacular reforma de un piso en el norte de Barcelona
El estudio Conti, Cert transforma esta vivienda de los años setenta del distrito barcelonés de Sarrià-Sant Gervasi con materiales como el terrazo blanco y la madera en panelados de pared, techo y mobiliario a medida
Andrea Conti e Isa Cert, las fundadoras del estudio de arquitectura e interiorismo Conti, Cert, tienen algunas manías, decorativamente hablando: usar pocos materiales (pero nobles), una paleta cromática tranquila salpicada solo en ocasiones por toques de color (sobre todo verdes y azules oscuros) e intentar rescatar o mantener la esencia del espacio. Así, en sus interiores veremos techos con volta catalana, chimeneas, tiradores y pomos de latón y paredes con molduras, si los hubo. Veremos encimeras de mármol, mucha madera para aportar calidez, textiles naturales, muebles de obra o diseñados por ellas. Veremos casi seguro una lámpara de Santa & Cole, una Akari de Noguchi, algo de BD Barcelona, ropa de cama de Tekla y alguna pieza potente (un Maralunga de Magistretti, un Togo de Michel Ducaroy, unas sillas de Hans J. Wegner o de Jean Prouvé…). No veremos estampados imposibles, mezclas de colores, plástico o maximalismo. El conjunto es siempre discreto, sobrio y atemporal; casas acogedoras, un poco minimalistas, que redefinen lo que es la modernidad hoy en día con un ojo puesto en la tradición. Así, buscan que haya una concordancia entre ellos, una experiencia fluida. Un estilo mediterráneo y a veces nostálgico, pero que no replica el pasado, sino que muestra de manera serena lo contemporáneo. En definitiva, interiores simples y funcionales (estanterías llenas de libros, mesas grandes de comedor, cocinas generosas y capaces) donde el buen gusto y la calidad resaltan.

Uno de sus últimos encargos es esta casa en el distrito barcelonés de Sarrià-Sant Gervasi, una zona residencial donde hay pisos muy señoriales de gran tamaño. “Este proyecto parte de una relación previa con el cliente, quien ya había trabajado con nosotras en el diseño de varios de sus hoteles y nos encargó la reforma de su vivienda en Barcelona. Nos dio total libertad creativa en cuanto a materiales y distribución. El único requisito fue tener tres habitaciones dobles y una zona de día muy amplia”, recuerdan las socias. Consta de 200 metros cuadrados distribuidos en un gran espacio común de salón-comedor-cocina (estos dos últimos separados por un cerramiento) y luego esos tres dormitorios grandes que los dueños pedían. “Cuando llegamos, vimos que estaba muy compartimentado y con estancias pequeñas. Se había reformado previamente sin respetar el origen ni las posibilidades que tenía. Pero nos enamoramos de su amplitud, de la luz natural y del hecho de que estuviera construido por pilares, sin paredes maestras. Esto quería decir que podíamos empezar de cero”, cuentan sonriendo.



