Albert Ramdin: «Le he dicho a Maduro que tiene un claro problema de legitimidad»
Albert Ramdin (Surinam, 1958) hace balance de su primer año como secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA) en medio de un escenario especialmente volátil. Primer político en acceder al cargo procedente del Caribe, una región que observa hoy de cerca uno de los mayores despliegues navales de las últimas décadas, Ramdin se ha visto obligado a gestionar una organización en jaque por tensiones crecientes.Entre ellas, destacan que Estados Unidos ha ido endureciendo sus movimientos militares frente a Venezuela, Colombia o incluso México ; una crisis de legitimidad venezolana que sigue dividiendo a los Estados miembros y una OEA sin consenso interno para fijar una posición común. En ese contexto, el diplomático surinamés ha optado por un perfil más cauteloso que el de su antecesor, José Luis Almagro , tratando de preservar el frágil equilibrio institucional mientras el Caribe se sitúa en el centro de una geopolítica cada vez más militarizada. Recibe a varios corresponsales en Washington para repasar los principales problemas del continente. Noticia Relacionada Presión de EE.UU. estandar Si Maduro libera a casi un centenar de presos políticos para tratar de frenar el asedio de Trump Ludmila Vinogradoff Se trata de 65 hombres, tres mujeres y tres adolescentes que estaban detenidos desde el fraude electoral del año pasado—¿Cuál es su postura ante las amenazas de Donald Trump de atacar dentro de Venezuela? — En el caso de Venezuela , lo primero que quiero dejar claro es que no existe una posición unificada dentro de la membresía de la OEA. No estoy especulando, me baso en las declaraciones que han hecho los Estados miembros. Por tanto, no puedo hablar en nombre de la organización diciendo «esta es la posición de la OEA», porque no hay consenso. Lo que sí puedo hacer, como secretario general, es reconocer que existen problemas muy claros dentro del territorio venezolano que deben ser abordados. Yo se lo he dicho directamente a los actores que hoy están a cargo: tienen un problema de legitimidad y necesitan hacer algo para dar certeza. Se han hecho sugerencias, como mostrar las actas y determinar de manera clara quién ganó las elecciones. Ese es un problema interno que debe resolverse. Además, no es aceptable, según lo que conocemos y se ha reportado, el trato a opositores políticos, a la sociedad civil y a periodistas, ni las detenciones arbitrarias. Tampoco es aceptable que ciudadanos de otros países estén detenidos sin debido proceso. En esos temas, que son principios fundamentales de la OEA (democracia, derechos humanos, elecciones libres y justas), voy a hablar siempre. No estoy tomando partido, estoy defendiendo principios.—¿Ha invitado a Maria Corina Machado a visitarle si viene a Washington?—Mi enfoque siempre ha sido hablar con todos los actores legítimos de un país. Vengo de una etapa anterior en la OEA, en la que acordamos que era esencial escuchar tanto a gobiernos como a oposiciones, sociedad civil, sector privado y activistas. En el caso de Venezuela, tengo comunicación con todas las partes, incluida la señora Machado. He hablado también personalmente con el señor Edmundo González y con representantes de ese sector. No es ningún secreto. Si realmente queremos una solución, tenemos que hablar también con quienes están actualmente en el poder. De lo contrario, nunca se llega a ninguna salida. Eso no significa tomar partido. Significa entender bien las posiciones de todos y buscar caminos posibles hacia adelante. Ese es, básicamente, mi mandato como secretario general: escuchar, facilitar y tratar de acercar posiciones cuando sea posible.—¿La ha felicitado por el Nobel de la Paz?—Como organización, la OEA no tiene una posición de consenso sobre Venezuela, por lo que no puedo emitir una felicitación oficial en nombre de la organización. Pero puedo decir claramente que, a título personal, sí la felicité. Cualquier persona que es nominada y recibe el premio Nobel de la Paz merece reconocimiento. Cuando tenga ocasión de verla, lo primero que haré será preguntarle cómo está. Yo admiro a cualquier persona, en cualquier país, que lucha por principios fundamentales como la libertad, los derechos humanos y una sociedad abierta. En mi oficina tengo fotografías de Gandhi, Nelson Mandela y Martin Luther King , porque representan a líderes que cambiaron sociedades gracias a su coraje. En nuestro hemisferio hay muchas personas que hacen sacrificios personales enormes, arriesgan su seguridad y su vida por el bienestar de su país. — ¿Teme que Estados Unidos se retire de la OEA?—Desde antes de ser elegido, he estado en contacto con representantes de la Administración Trump. Siempre he sido muy claro: la pregunta sobre cuál es el valor de la OEA es completamente legítima. Si un país contribuye con recursos, es normal que pregunte cuál es el retorno de esa inversión. Yo mismo haría la misma pregunta. Lo que les he dicho es que la OEA es uno de los activos más valiosos de la política exterior en el hemisferio, también para EE.UU. Entregamos resultados en democracia, derechos humanos, seguridad, migración, desarrollo y medio ambiente. Les pedí tiempo para demostrar ese valor antes de que tomaran decisiones finales. En los últimos meses hemos visto un cambio gradual en su percepción . Hay más compromiso, hay diálogo y EE.UU. sigue participando activamente.—¿Qué pide a los miembros?—Si no tuviéramos la OEA, los problemas en nuestro hemisferio serían mucho mayores. Cerca del 60% de los desafíos que enfrentamos (educación, seguridad, crimen, migración, desarrollo, medio ambiente) son transfronterizos. No se pueden resolver de manera bilateral ni de forma aislada. Necesitamos trabajar con los vecinos y con otros socios. Por eso creo firmemente en el multilateralismo en las Américas. La OEA tiene que mejorar, ser más transparente, más eficiente y rendir cuentas, y eso es lo que estamos haciendo. Pero su valor es real y tangible para la mayoría de los Estados miembros.—El colombiano Gustavo Petro ha acusado al chileno Jose Antonio Kast de ser un nazi. ¿Le preocupa este tipo de ataques entre los líderes? —Hay una tendencia que me preocupa: líderes que opinan o cuestionan procesos electorales en otros países , antes o después de las elecciones. Eso no es una buena tendencia. La Carta es muy clara: ningún país debe interferir en los procesos electorales de otro. La responsabilidad principal de elegir a un gobierno corresponde al pueblo de ese país, que debe poder hacerlo libremente, sin presiones externas. He sugerido que este es un tema que deberíamos debatir en la OEA, porque no está ocurriendo solo en uno o dos casos. No todo lo que se convierte en tendencia es algo positivo, y este no lo es. Dejemos que los pueblos decidan a sus propios líderes.

