Ayuso declara la guerra a los «tibios» del PP en la batalla cultural para cortar el crecimiento de Vox
El concierto de Los Meconios en Arganda del Rey el viernes por la noche fue más que un espectáculo cultural. También fue una fiesta política de un dúo que llena las letras de sus canciones con mensajes contra el sanchismo y la ideología 'woke', junto a un público que llenó el auditorio municipal y disfrutó de la actuación, con parodias incluidas. Entre los asistentes apareció por sorpresa Isabel Díaz Ayuso , quien a petición del público acabó subiendo al escenario para cantar 'Feliz Navidad' con Los Meconios. Suficiente para que las críticas de la izquierda se hayan desatado contra la presidenta, contra el grupo y contra los que aplaudían.Ayuso estuvo acompañada por el anfitrión, el alcalde de Arganda, Alberto Escribano, uno de sus 'ojitos derechos' en la región, que gobierna en coalición con Vox. Y ambos sabían perfectamente lo que hacían y sus consecuencias cuando acudieron al concierto de Los Meconios, un grupo afín al partido de Abascal, «irreverente», como se anunciaba en la convocatoria del ayuntamiento, y políticamente muy incorrecto en todos los frentes posibles. La presidenta se metió al público en el bolsillo con un guiño a un electorado que podría considerarse próximo a Vox y demostró su intención de no ceder a este partido ni un milímetro de espacio político. Y menos sin dar la batalla cultural hasta el final. Unos días antes, el 22 de diciembre, Ayuso había llevado al grupo de pop católico Hakuna a la Puerta del Sol para ofrecer un concierto gratuito a los madrileños. La plaza se abarrotó con una música que causa furor entre jóvenes y mayores cristianos. Desde el balcón de la Real Casa de Correos, la misma que el Gobierno de Sánchez quiere señalar como lugar franquista con una placa, Hakuna interpretó algunos de sus éxitos como 'Hoy en Belén' o 'A ti te alabo', sin olvidar villancicos como 'Los peces en el río'. Entre los miles de asistentes se encontraban la propia presidenta regional y el líder nacional del PP, Alberto Núñez Feijóo. Las críticas, como en el caso de Los Meconios, fueron inmediatas desde la izquierda. Pero Ayuso se ganó a un público, mucho más amplio que el que cabía en el kilómetro cero, que también podría disputarse con Vox. Noticia Relacionada estandar Si Ayuso acude por sorpresa al concierto de Los Meconios en Arganda del Rey y desata la cólera del PSOE Mariano CallejaEn la cena de Navidad del PP de Madrid, celebrada este año en Alcorcón, Ayuso lanzó un mensaje muy claro ante más de mil representantes de su partido, incluido Feijóo. «Es el momento de los valientes, no de los tibios», advirtió la presidenta. «El mundo es para los valientes. A mí me gusta la gente apasionada. No puede ser que uno se ponga tibio en estos momentos. Es el momento de quemarse, de lanzarse a la piscina», remarcó. Principios «sin vaivenes»En el equipo de Ayuso sostienen que «la presidenta lleva defendiendo sus principios políticos sin fisuras ni vaivenes desde que fue nombrada candidata, con firmeza y coherencia». «Se posiciona en todos los temas en base a unas convicciones claras, sin tibiezas. Da todas las batallas con valentía y firmeza», subrayan fuentes próximas a la presidenta del PP de Madrid. En el entorno de Ayuso precisan que lleva dando la batalla cultural en distintos frentes todos estos años, desde que es presidenta de la Comunidad de Madrid, «sin mirar a otros partidos».El secretario general del PP de Madrid, Alfonso Serrano, señala a ABC que «la clave» para frenar a Vox en esta región «está en tener un discurso claro, sin complejos». «Cuando toca coincidir con Vox lo hacemos, no hay problema, y cuando toca distanciarse, también, como ocurre en la Asamblea», sostiene. A su juicio, Ayuso demuestra en Madrid «que no hay mayor antídoto contra la izquierda» que el PP.Vox recela de los gestos de la presidenta: «Nos importan las políticas que ejecuta, no las fotos que se hace»En el plano más ideológico, Ayuso ha entrado de lleno en debates en los que Vox ha izado su bandera, como los que se refieren a la inmigración ilegal, las políticas de género, las leyes LGTBI y Trans, el aborto o la violencia de género. Así, ha exigido el cierre de los «macrocampamentos» de inmigrantes en Madrid, ha reformado las leyes LGTBI y Trans para quitarles la carga ideológica, ha defendido la vida desde el primer minuto, se ha opuesto al registro de médicos objetores del aborto o ha impulsado el primer centro para hombres víctimas de violencia sexual. Esto exacerbó especialmente a la izquierda, que ha llegado a llamar «negacionista» a la presidenta en relación con la violencia contra las mujeres.En la Comunidad de Madrid el PP de Ayuso ha conseguido atraer a una parte de votantes que en las generales se decantan por Vox, pero que en las autonómicas se sienten identificados con la manera de hacer política de la presidenta regional (en las generales, Vox logró un 14 por ciento y en las autonómicas, un 7,3). En las últimas encuestas regionales, los populares conservan la mayoría absoluta y Vox sube ligeramente, pero sin poner en peligro esa hegemonía del PP. La batalla entre los dos partidos se ha recrudecido en el último año en la Comunidad. Desde Vox quitan importancia a los 'gestos' de Ayuso para competir por los electores: «A nosotros nos importan las políticas que Ayuso ejecuta, no las fotos que se hace», afirma la diputada Ana Cuartero. «Si lo que quiere es quitarle el discurso a Vox, lo que tiene que hacer es acabar con la inmigración ilegal y con las listas de espera sanitarias y hacer políticas eficaces para que los jóvenes y los no tan jóvenes puedan acceder a una vivienda en Madrid y no solo los extranjeros que vienen de Miami».

