Barcos obsoletos, sin inspecciones y con personal poco cualificado: el cóctel que pudo provocar la tragedia en Indonesia
«Los que durante toda nuestra vida aquí trabajamos sabemos que es muy arriesgado salir con barcos de recreo los meses de noviembre, diciembre y enero. Y ya no digamos nada si la trayectoria del barco lo enfrentara a aguas abiertas». Las palabras las dice Conrad, guía turístico local de acreditada experiencia, que pone en tela de juicio, entre otros asuntos, la que él cree nula o sin sentido comunicación entre el guía turístico y la familia valenciana además de entre el capitán y el resto del personal del barco. «Además, debería investigarse si el barco tomó, a sabiendas del mal tiempo o sin siquiera haber estudiado su pronóstico, algún camino fatal». Lo que debe quedar claro es que Indonesia es propensa a este tipo de calamidades . Y no sólo por pertenecer a su inventario nada más y nada menos que 17.000 islas de pasos muy estrechos entre sí y mares complicados. Pero cabe destacar que incluso sometida –algunas veces– a climas impredecibles, la clave de tantos naufragios la tienen las embarcaciones obsoletas y fatalmente mantenidas, la sobrecarga de pasajeros y mercancía, y la absoluta falta de controles, ni estrictos ni laxos, cuando la corrupción permite, en no pocos casos, que las inspecciones se ignoren. Aunque hay un dato que termina por empeorar cada año las estadísticas: las tripulaciones poco cualificadas, casi todas sin titulación alguna, y las negligencias en la toma de decisiones de los capitanes de navíos. Tras el lamentable hundimiento el pasado viernes 26 de diciembre de la embarcación de veinte metros de eslora, Putri Sakinah, que ha dejado a una familia valenciana a la deriva, habría que recordar muchos más naufragios que señalan a Indonesia como un país en pañales en materia de seguridad marítima. Y no hay que irse tan lejos en el calendario para comprobar que el pasado 2 de julio de este mismo año el ferry Tunu Pratama Jaya naufragó e hizo perder la vida a al menos 29 pasajeros. La razón fue la entrada de agua al navío por la mala mar que conllevó la rotura del motor, y por asociación, que el barco acabara ladeándose hasta acabar engullido por el océano. Noticia Relacionada estandar Si El barco zarpó con meteorología adversa: «Se organizan excursiones que no deberían» Joaquín CamposEse mismo mes, en este caso el 20 de julio, el ferry KM III Barcelona sufrió un incendio a bordo mientras recorría la isla de Sulawesi. Pero es que este pasado 11 de noviembre un barco fluvial que atravesaba el río Mahakam naufragó haciendo perder la vida a ocho pasajeros. El mayor desastreAunque el mayor desastre hasta la fecha aconteció el 30 de diciembre de 2006, cuando el ferry SV Senopati, que cubría la ruta entre la isla de Borneo y la de Java, se hundió en medio de una violenta tormenta. El gobierno indonesio reconoció que las víctimas superaron las 500 personas. Desde aquella fecha marcada a sangre y fuego entre la población indonesia, las medidas y controles de seguridad de ferris y barcos de recreo siguen sin implementarse. Conrad, el acreditado guía turístico de Labuan Bajo, y atendiendo a ABC, nos advierte, en el caso del penoso naufragio del barco que utilizaron las familias valencianas, que «la clave está en el armador, que seguramente no cuidaba la embarcación ni estaba al día en inspecciones de verdad. Y en el capitán, que junto con la tripulación, podrían no disponer de experiencia acreditada e incluso de los títulos necesarios». «Si se utilizaran los estándares de calidad occidentales, la mayoría de los barcos que navegan a diario por Indonesia estarían atracados a perpetuidad»Otra persona consultada de la zona que tiene que ver con el mundo del buceo asegura a este medio que prácticamente no existe un sólo caso documentado donde tras una inspección algún navío quede imposibilitado de seguir realizando sus funciones. Y las razones deberían de tener que ver con el bajísimo listón que acabaría permitiendo trabajar a todos aquellos que tienen un barco, y que, a fin de cuentas, generan negocio en la zona y trabajo entre sus vecinos. «Si se utilizaran los estándares de calidad occidentales, la mayoría de los barcos que navegan a diario por Indonesia estarían atracados a perpetuidad», afirma el buceador. En contraprestación a la alarmante forma de mantener a su flota de barcos, Indonesia está dando un soberano ejemplo de búsqueda profesional de los desaparecidos a través de un barco repleto de militares y buzos profesionales, instruidos para el rescate en aguas abiertas. Este martes ha sido el quinto día que han salido a trabajar, cargados de ilusiones, y siendo jaleados por la propia familia valenciana, agradecida por su encomiable labor. La misma familia solicita «respeto» tras la llegada a España de la menor rescatada en tan fatídico día y que, por encima de todo, «se respete su intimidad en estos momentos especialmente delicados».
