Capturado en Paraguay un exjefe policial bolsonarista que intentó huir tras ser condenado por golpismo
Silvinei Vasques rompió su tobillera electrónica y viajó por carretera desde el sur de Brasil hasta Asunción, donde planeaba fugarse a El Salvador
El exdirector de la Policía Federal de Carreteras de Brasil durante el Gobierno del expresidente Jair Bolsonaro fue detenido la mañana de este viernes en el aeropuerto de Asunción, Paraguay, cuando intentaba huir de Brasil. Hace apenas diez días Silvinei Vasques había sido condenado a 24 años de cárcel por participar en la trama que pretendía mantener a Bolsonaro en el poder a pesar de la derrota electoral que sufrió ante Luiz Inácio Lula da Silva en 2022. Como otros ilustres bolsonaristas condenados, Vasques intentó escapar del país para evitar la cárcel, pero en su caso, el plan no funcionó.
El exjefe de policía fue arrestado cuando intentaba embarcar en un vuelo rumbo a El Salvador. Llevaba un pasaporte paraguayo, pero los agentes del aeropuerto notaron que había algo raro: el documento era original, de un tal ‘Julio Eduardo’, pero las huellas dactilares no cuadraban. La policía ya estaba al tanto de que podía tratarse del brasileño fugitivo, porque horas antes las autoridades brasileñas habían emitido una señal de alerta a sus colegas de Argentina y Paraguay.
La alarma saltó de madrugada, cuando la tobillera electrónica que Vasques estaba obligado a usar dejó de emitir señales. La policía acudió a su casa en São José, en el estado de Santa Catarina, en el sur del país, pero Vasques ya no estaba allí. Alquiló un coche, se llevó a su perro y puso rumbo a Asunción, a más de 1.200 kilómetros de distancia. Tras la fuga frustrada, las autoridades de Paraguay lo entregaron a la Fiscalía, que se espera que en las próximas horas lo devuelva a Brasil.
Vasques fue uno de los aliados de Bolsonaro que pusieron las estructuras del Estado al servicio de la estrategia golpista. El día de la segunda vuelta entre Bolsonaro con Lula da Silva, Vasques ordenó cortes de carreteras, bloqueos y registros de autobuses en zonas del noreste de Brasil, consideradas un granero de votos para la izquierda. Las acciones para dificultar el voto de los supuestos electores de Lula se conocieron el mismo día y causaron un fuerte escándalo. Más tarde, se supo que en reuniones privadas Vasques defendió que había llegado el momento de que la Policía de Carreteras “tomara partido”.