Dani Guzmán: «Parte de lo que soy se lo debo a las mujeres de mi vida»
Más que de cine social para definir 'La deuda', su proyecto más ambicioso, Dani habla de las emociones, los sentimientos y la humanidad de los personajes que la protagonizan: «Son historias de amor. Y el amor es lo que realmente mueve el mundo . Es querer y que te sientas querido . Nada hay más hermoso que encontrar a alguien que te complemente, que sume, que potencie lo mejor de tu personalidad. Eso sí, para poder querer bien a alguien, primero debes conocerte bien , quererte. Eso tampoco quiere decir que entregues por completo tu vida a la otra persona, necesitas tu espacio, tus momentos de soledad para crecer». Con el problema de la vivienda como telón de fondo, su película muestra distintas muestras de amor mientras refleja «la verdad a través de una mirada cercana a la realidad, pero desde una ficción centrada en personas de distintas generaciones que buscan afectos, se desarrollan con orgullo y dignidad, también con humor, en un mundo a veces hostil».Está claro que es un romántico en el sentido más amplio de la expresión: «Lo soy en el trabajo, porque corro riesgos que me han llevado a endeudarme económica y emocionalmente. De hecho, ahora me siento en proceso de recuperación , cuestionándome volver a dirigir sin tener claro si el resultado obtenido al final es el que se merece el proyecto. Soy un romántico porque amo y creo en el cine . Y lo soy en lo personal, porque me gustan los pequeños detalles, hacer que cada día con mi pareja sea algo especial, diferente».TE RECOMENDAMOS El mensaje de Almudena Cid desde el hospital: «La vida me ha obligado a parar en seco» Inés Romero El 'caso Marius Borg' Mette-Marit reaparece para defenderse tras las críticas por la imputación de su hijo Rocío F. de BujánSu corazón ha tenido tres grandes amores, uno de ellos el que vive felizmente en estos momentos, pero reconoce además la huella de otras figuras femeninas: «Gran parte de lo que soy ahora se lo debo a las mujeres que han marcado mi vida . Mi madre, mi abuela, mis tres parejas, todas ellas me han moldeado el carácter, me han descubierto un mundo más interesante, me han ayudado a generar herramientas o tener reflexiones con las que sentir y entender mejor lo que me rodea».Los miembros de la Academia del Cine tienen hasta el próximo 8 de enero para elegir entre las 123 ficciones que competirán en la gala que Luis Tosar y Rigoberta Bandini presentarán el 28 de febrero. Y Dani está en plena campaña para que 'La deuda' consiga entrar en la carrera: «Son los premios en los que más creo. Al margen del reconocimiento personal, las nominaciones pueden ayudar a darle una segunda oportunidad comercial ». La película ha tenido 120.000 espectadores, pero en cada coloquio veo cómo conecta con el público. El cineasta aspira a romper con las tendencias que centran interesadamente la atención en solo algunos títulos: «Hay una parte de la prensa especializada que crea tendencia con unos eventos que concentran las nominaciones y los premios. Eso me desmotiva. La verdad es que las películas no se colocan solas, llegan tras superar una serie de obstáculos, como su distribución, la fecha de estreno, su publicidad en medios… No es que carezca de sentido crítico y me aferre a ella, pero creo que merece un reconocimiento . Y yo confío en el criterio de los académicos». Dani reconoce que, de su personalidad, destacaría la inquietud intelectual, que le lleva a estar en un constante aprendizaje, y la inquietud física, a la que se entrega por dos razones: «Al margen de que el deporte me gusta mucho, por un lado me ayuda a conectar conmigo mismo y, por otro, a desconectar de todo ese ruido que está alrededor. Sigo jugando al fútbol, escalando, cogiendo la tabla de surf en verano y la de snow en invierno. También le doy al skate». Del mismo modo, reconoce tras realizar un examen interior debería suavizar otros rasgos: « Soy demasiado cabezota , demasiado obstinado, y a veces me cuesta aceptar otros puntos de vista. También me gustaría que el trabajo no me ocupara tanto tiempo, porque me quiero aprender a disfrutar más de la vida. El problema es que, en mi caso, el trabajo es mi pasión , mi vocación, y me hace tan feliz que me entrego a él».Uno podría pensar que, como artista, Dani es más dado a la improvisación en el día a día, pero convertido en productor, la cosa cambia: « Tengo una agenda estricta , soy muy ordenado y disciplinado. Pero para lo demás intento improvisar en la medida de lo posible, que las cosas fluyan, ahí aparece mi lado impulsivo. Solo se vive una vez y el tiempo pasa más rápido de lo que parece». En el fondo tiene alma de aventurero, como demuestran los 30 años que lleva con su caravana viajando libremente: «Me encanta desconocer el destino porque ahí no radica el placer, está en el mismo viaje, en dejarse sorprender, en que todo sea orgánico, disfrutar de todos y cada uno de los pasos que vas dando, de los sitios que van descubriendo. Me pasa igual cuando hago una película, porque donde realmente soy feliz es en el proceso, en su creación. Esa es la verdadera aventura ».Dani Guzmán de pequeño abcDiario personalEl 'emoji' que más usa: «No tengo 'whatsapp', uso SMS y correos, Pero los dos últimos que he enviado han sido una muela y una carabela».Se haría un 'selfie' con: «No soy mitómano, pero me habría hecho uno con Risitas».Un momento 'tierra, trágame': «Un mensaje enviado por error a un destinatario equivocado en el que hablaba de esa persona a otra».Un sacrificio por la fama: «Pasar desapercibido y disfrutar de la intimidad en muchos momentos».Un lugar para perderse: «Hace años, el País Vasco. Hasta hace poco, Portugal».Tiene miedo a: «A no tener inquietudes o perder el sentido común, aunque lo peor sería dejar de reír».Algo que no puede faltar en su día a día: «La risa».Su primer beso: «Fue la primera vez que fui consciente de que conectaba con otro cuerpo. Fue una sensación muy especial».Dentro de 10 años se ve: «Soy un punk, no creo en el futuro. Vivo el presente, en el aquí y ahora, así que no proyecto para visualizarme en un mañana».El pequeño Dani: «Era un crío inquieto, con muchas ilusiones, mucha energía, muy abierto y sociable. Era callejero, aunque al ser hijo único pasé por una etapa en la que me encerraba solo en mi habitación y me montaba mis películas. La etapa en el colegio fue complicada porque yo no aguantaba ocho horas sentado, así que fui algo problemático e indomable. Huía de las aulas porque me sentía desubicado y era incapaz de adaptarme».
