David Puig, Josele Ballester y Ángel Ayora, el futuro del golf español pega fuerte
Los tres jugadores, de entre 21 y 24 años, son el símbolo de una nueva generación que alcanza gran distancia y velocidad de bola y que apunta alto
Son jóvenes, revientan la bola y quieren comerse el mundo. La nueva generación del golf masculino español llega pegando fuerte. Tras los pasos de Jon Rahm, varios golfistas llaman a la puerta o directamente la derriban y apuntan a lo más alto. Son David Puig, Josele Ballester y Ángel Ayora, los tres entre 21 y 24 años, todos jugadores que alcanzan una gran distancia y velocidad de bola. La condición de grandes pegadores es casi un requisito indispensable para batirse en la élite y la nueva hornada simboliza este viraje. Hoy en las categorías de formación crecen chicos con una preparación física sobresaliente, acostumbrados a devorar metros y metros con el golpe de salida. El tránsito por las universidades de Estados Unidos también alimenta esta característica. Puig, Ballester y Ayora, cada uno con su historia y su estilo, apuntan a tomar el relevo de los mayores en la conquista de los grandes y en la disputa de la Ryder.
Puig, a más de 300 km/h
Pau Gasol y Carlos Alcaraz, entre otros, felicitaron a este barcelonés de 24 años por su última victoria, el BMW Australian PGA Championship conquistado el pasado 30 de noviembre. No era para menos. No solo sucedía a Seve (1981) como el siguiente español en apuntarse este torneo, sino que suponía su primera victoria en el circuito europeo en su estreno como miembro de pleno derecho. Otro éxito para este jugador curtido en la Universidad de Arizona, como Rahm, y parte del equipo de Sergio García en la Liga saudí. Ese fue el salto de Puig desde la universidad y en LIV no ha dejado de crecer hasta ser décimo en la clasificación individual en el pasado ejercicio, su mejor resultado en una progresión constante: 64º en 2022, 31º en 2023 y 26º en 2024. Mientras, el catalán se ha buscado la vida fuera de esas fronteras para obtener los puntos del ránking mundial que la competición saudí no reparte. Así ganó en el circuito asiático en Singapur 2023 y Malasia 2024 y logró clasificarse para los Juegos Olímpicos de París. En Australia abrochó su tercer título profesional luciendo una velocidad de palo superior a los 200 km/h y de bola por encima de los 300 gracias a una peculiar rotación de la cadera izquierda en el swing que le permite generar mucha más potencia y exprimir sus 1,88m de estatura. Hasta el mismo Phil Mickelson quedó asombrado: “190 millas de velocidad de bola, un juego corto al nivel de Seve, patea tan bien como cualquiera y juega sin miedo”. Solo Niemann, DeChambeau y Burmester han superado el último curso en LIV sus 325 yardas (297m) de distancia media con el .

