De 'Aliens' a 'La mosca': películas de ciencia ficción, terror y fantasía que cumplen los 40 en 2026
SOURCE:20 Minutos ES|BY:Carles Rull
James Cameron con una secuela soberbia, un Cronenberg en pleno esplendor y el inicio del culto a 'Dentro del laberinto'. Las películas de género que marcaron 1986
Mutaciones genéticas horripilantes, héroes impensables, monstruos abominables, criaturas fantásticas, robots, viajes espaciales, zombis o alienígenas nada amistosos. 1986 fue otro año que dejó huella en los amantes del fantástico. Propuestas de terror, ciencia ficción y aventuras que nos invitaban a soñar, o a causarnos más de una pesadilla, con alguna obra maestra incluida y uno de los mejores debuts de un cineasta español.
A diferencia del año anterior, en el que bastantes superproducciones se estrellaron en taquilla, se optó por presupuestos más moderados, también por alguna que otra propuesta más ambiciosa, con James Cameron a los mandos, y también hubo uno de los más sonoros pinchazos de la década, salpicando a George Lucas como productor.
Luces y sombras de un género que seguía en forma y buscando sobre todo a un público familiar, aunque también dio para más de una buena gamberrada. La siguiente lista de los títulos más destacados, entre los memorables y los que también merecen su rinconcito en esta relación, las películas están ordenadas por orden alfabético.
'Aliens: El regreso' de James Cameron
Si Alien de Ridley Scott era terror en un ámbito de ciencia ficción, Aliens le dio la vuelta, ciencia ficción en un contexto de terror. En un principio, Sigourney Weaver era reacia a volver a interpretar a la teniente Ripley pero el que Cameron tuviera en cuenta algunas de sus sugerencias para el guion, acompañado de un buen cheque, la convencieron para subirse a bordo del proyecto.
Luego se ganó al cineasta canadiense con lo que más deseaba, obedecer sin rechistar durante el rodaje. Y así, su amistad ha perdurado durante décadas y la prueba ha sido su regreso en la saga de Avatar. Pero por Aliens logró además el hito de ser la primera actriz nominada al Oscar por un personaje de acción. De las 7 candidaturas (ninguna como película o dirección, porque los académicos no suelen calificar estas películas como "serias"), ganó dos: efectos visuales y de sonido.
'Carretera al infierno' de Robert Harmon
Finalizada su etapa con las provocativas películas a las órdenes de , el neerlandés se convirtió en un icono del cine gracias a su replicante Nexus-6 en . Junto al filme de Ridley Scott, de su carrera en Hollywood sobresalió y esta modesta producción sobre un psicópata asesino acosando sin piedad al incauto joven que le recogió () mientras hacia autoestop.
Robert Harmon plasmó una claustrofobia y desazón admirable y, aunque no repitió talento en sus siguientes obras, acabó haciendo carrera en televisión. Entre los antecedentes de la película, una antigua producción de serie B de los años 50, El autoestopista dirigida con mano firme por la también actriz Ida Lupino.
'Cortocircuito' de John Badham
La ciencia ficción y fantasía había encontrado su espacio en el cine de los 80, y además de extraterrestres entrañables que soñaban con volver a su casa o criaturillas como los Gremlins, los robots también podían resultar la mar de molones para ganarse el corazoncito de los espectadores. Aquí con el conocido como "Número 5", un prototipo militar nada dispuesto a ser utilizado con fines destructivos.
En la dirección, un apañado John Badham que había encumbrado a Travolta en Fiebre del sábado noche y había demostrado su pericia en el género de acción con El trueno azul y sobre todo con Juegos de guerra y los peligros de la "Guerra Termonuclear Global".
'Critters' de Stephen Herek
Nacidos a la sombra del exitazo de los Gremlins, las pequeñas criaturas llegadas del espacio exterior más que ser traviesas con los humanos consideraban a estos como un manjar exquisito.
Desvergonzada producción de bajo presupuesto, con sus alienígenas personajillos inspirados en el diseño del Demonio de Tasmania de los Looney Tunes, en la que Stephen Herek consiguió destacar los elementos de comedia y humor negro dando lugar a otras cinco secuelas más, ya sin Herek en la dirección, con el dudoso honor de que cada nueva entrega era peor que la anterior.
'Cuando el viento sopla' de Jimmy T. Murakami
En la primera mitad de los 80 numerosas películas advertían del peligro nuclear, desde la mencionada Juegos de guerra a El día después, el notable telefilme de Nicholas Meyer estrenado con éxito también en cines, y la novela gráfica de Raymond Briggs era material perfecto para ahondar en ello, con un matrimonio de jubilados en una idílica zona del Reino Unido como protagonista.
La puesta en imágenes en animación y stop-motion se redondeó con la música y canciones de Roger Waters, de Pink Floyd, y la participación de David Bowie, el inicialmente previsto para hacerse cargo de la banda sonora, además de Genesis, Squeeze y Paul Hardcastle. Curiosamente, en la Alemania Occidental su estreno coincidió con las revueltas que culminaron con la caída de muro de Berlín y el fin de la Guerra Fría, de entonces.
'Dentro del laberinto' de Jim Henson
El creador de Los Muppets, Jim Henson, dio rienda suelta a sus mundos de fantasía y criaturas contando con un guion del mismísimo Terry Jones, de los Monty Python. Y aunque fue un fracaso en cines se convirtió en título de culto gracias al vídeo doméstico.
Hoy en día es un todo un clásico con una jovencísima Jennifer Connelly en una onírica aventura a las puertas de su despertar sexual y un malvado y seductor David Bowie, en un personaje para el que se barajaron nombres del calibre de Michael Jackson, Prince, Sting o Mick Jagger.
'El terror llama a su puerta' de Fred Dekker
Babosas procedentes del espacio exterior llegan a la Tierra para corromper a los adolescentes introduciéndose en sus cerebros. En definitiva, una inesperada vuelta de tuerca a las comedias de universitarios que proliferaban por entonces y un homenaje al cine de zombis de toda la vida hecha con gracejo y despiporre a mayor gloria del género, especialmente de los productos de serie B de terror y ciencia ficción de los años 50 y a los filmes de George A. Romero y Roger Corman.
'El vuelo del navegante' de Randal Kleiser
Director de taquillazos como Grease o El lago azul,Randal Keliser se atrevió con una fantasía dirigida al público familiar aprovechando el tirón que tenía en los 80. En ella un chico de 12 años (Joey Cramer) era abducido por una nave extraterrestre en 1978. Cuando fue devuelto, para él apenas habían pasado unas horas, pero en la Tierra 8 años. Toda su familia y entorno había cambiado.
Mientras la nave estaba en poder de la NASA y el cerebro electrónico que la gobernaba, por otra parte muy servicial, todo hay que decirlo, aceptando con agrado y debido "cumplimiento" las órdenes del muchacho, le reclama para que le ayude a recuperar la carta de navegación estelar que tiene memorizada en su cabeza y poder así regresar a su planeta. Randal encargó la supervisión de los efectos visuales, con un todavía incipiente CGI, a su hermano Jeff, y en cuanto a la taquilla, su acogida fue moderada. Quizá porque le salió una historia excesivamente infantil.
'Golpe en la pequeña China' de John Carpenter
Uno de los maestros de terror fue contratado para esta ambiciosa producción, un batiburrillo casi imposible de thriller, aventuras fantásticas con sabor oriental, artes marciales y acción a mayor gloria de un Kurt Russell que temía ser veneno para la taquilla, y una Kim Cattrall recién salida del taquillazo de Loca academia de policía. Los temores de Russell se cumplieron, y pinchó en cines. Pero a Carpenter le quedó al menos el consuelo de ver como su película se convertía con el tiempo en otro título de culto entre los fans, de Russell y del cineasta.
'House, una casa alucinante' de Steve Miner
Basada en una historia de Fred Dekker, el director de precisamente El terror llama a su puerta o al año siguiente de Una pandilla alucinante, inicialmente se concebió como un filme de terror sobre una casa encantada y repleta de monstruosidades, e inspirándose en el largometraje de episodios En los límites de la realidad de 1983 impulsado por Spielberg, homenaje y puesta al día a su vez de la mítica serie de Rod Serling.
Pero el guion cambió, dándole un tono más humorístico, con la entrada de Ethan Wiley como guionista. En la producción también intervino Sean S. Cunningham, el director de la célebre Viernes 13 .
'Howard, un nuevo héroe' de Willard Huyck
Uno de los más sonados patinazos, de crítica y taquilla, de los 80. En cuanto a su "nuevo héroe", en el título español, Howard era un alienígena en forma de pato, creado por Steve Gerber y Val Mayerik para Marvel Comics, refugiado en la casa de una cantante de rock interpretada por una Lea Thompson que aún saboreaba las mieles del éxito de Regreso al futuro. El resultado fue un significativo despropósito que incluso llegó a poner en serios apuros económicos a su productor, el mismísimo George Lucas. También un par de ejecutivos de Universal, tras un desastroso pase de prueba con público, llegaron a las manos en una discusión para dirimir quién de los dos había dado luz verde a semejante proyecto.
Pero, en fin, al menos nos quedará para la historia el comprobar las dotes como cantante de Thompson y la que estuvo a punto de convertirse en una de las escenas más bizarras de zoofilia. Por su parte, el director, Willard Huyck, prefirió poner tierra de por medio y no volver a dirigir más.Howard era tan solo su cuarto largometraje y, a su favor, cabe decir que su debut en la dirección junto a Gloria Kartz con Mesiah of Evil alumbró a una de las mejores películas de terror de los 70.
'La mosca' de David Cronenberg
David Cronenberg vivió su década prodigiosa en los 80. A la muy reivindicable Scanners, pese a su pobre presupuesto, le siguieron obras maestras como Videodrome, Inseparables o, entremedio, este remake de un clásico de la Fox de 1958 al que superó por completo.
Era por supuesto mucho más explícita, por alguna razón al cineasta canadiense le encanta lo de las mutaciones del cuerpo, pero también el guion estuvo a la altura y sobre todo su gran pareja protagonista, Jeff Goldblum y Geena Davis. Ganó , sin discusión, el Oscar al mejor maquillaje.
'La tienda de los horrores' de Frank Oz
Partiendo de un clásico de 1960 de Roger Corman, con un presupuesto paupérrimo y rodada en muy pocos días, la película de Frank Oz adaptaba el musical sobre esa película que llegó a los escenarios de Broadway en 1982. Rick Moranis interpretó a Seymour, al timorato dueño de una floristería enamorado de su compañera. El tercer personaje en discordia era una planta, bautizada como Audrie II en honor a su amada, que empezaba a crecer desmesuradamente y lo peor, que en su naturaleza carnívora se decantaba por degustar sangre humana.
Comedia negra, toques de terror y canciones. La adaptación fue bien recibida en su momento y nominada a dos Oscar, efectos visuales y canción original, y entre las escenas más recordadas, robándole protagonismo a la susodicha planta, la que protagonizaron Steve Martin y Bill Murray en la consulta del dentista, novio además de la chica de los sueños de Seymour y que encarnaba Martin, y con Murray como paciente de los nada sutiles tratamientos del sádico doctor en cuestión, pero encantado al ser el personaje de Murray un masoquista.
'Los inmortales' de Russell Mulcahy
"Solo puede quedar uno", así se promocionaba esta fantasía sobre una raza de guerreros que únicamente podía morir decapitado por otro de los suyos. Tras siglos de luchas, el gran premio final que esperaba al único que quedara vivo era acumular un poder ilimitado que le permitiría convertirse en el amo del mundo. Christopher Lambert encarnó al escocés Connor MacLeod, el héroe también en buena parte de las posteriores secuelas y la serie de animación. Y por su parte, Sean Connery aportó un toque de distinción extra como secundario.
El australiano Russell Mulcahy, que había destacado un par de años antes a nivel internacional con la modesta Razorback: Los colmillos del infierno, no tuvo reparos en otorgarle a la película una factura propia del videoclip, tan en boga en la época, e incluso los integrantes de Queen, y que en principio solo debían componer una canción, Princes of the Universe escrita por Freddie Mercury, se animaron creando unas cuantas más. Así, Brian May escribió Who Wants to Live Forever y Roger Taylor usó la frase It's a kind of magic como base para la canción que da título al final.
'Re-Sonator' de Stuart Gordon
El equipo creativo de la impactante Re-Animator repitió, y de nuevo recurriendo a un relato de H.P. Lovecraft, y esto es con Jeffrey Combs y Barbara Crampton (quien por cierto se mantiene estupenda a sus 67 años) como pareja protagonista, con Stuart Gordon en la dirección y Brian Yuzna en la producción. El plan era clonar la misma fórmula ganadora de su anterior e icónica película. En esta ocasión con una historia de científicos locos que experimentan con un artefacto que estimula glándula pineal, y de paso el apetito sexual y abriendo las puertas a poderosos seres que habitan en otras dimensiones.
Definitivamente, la aceptación no fue la misma, pero sigue siendo un título muy estimulante para los amantes del género, y con una Barbara Crampton que tampoco se libró de su escena desnuda, pasando de recatada doctora a insaciable dominatrix. Y también de nuevo destacó el logrado trabajo de equipo de efectos visuales y maquillaje partiendo de un presupuesto muy limitado.
'Star Trek IV. Misión: salvar la Tierra' de Leonard Nimoy
Mensaje ecologista y viaje al pasado de los tripulantes de la USS Enterprise, al San Francisco de 1986, para la más taquillera de las películas protagonizadas por los actores de la serie original, y además con Mr. Spock, Leonard Nimoy, haciéndose también cargo de la dirección.
Los Oscar la tuvieron en cuenta otorgándole cuatro nominaciones: fotografía, música, sonido y efectos de sonido, aunque William Shatner no se libró por su parte de una nominación a los despiadados premios Razzie "al peor actor del siglo". Y, por supuesto, esta cuarta entrega sigue brillando como una de las mejores y más entrañables de la saga de Star Trek.
'Tras el cristal' de Agustí Villaronga
Aunque atesora una brillante filmografía, la ópera prima del fallecido Agustí Villaronga fue arrolladora, tanto que aún es la mejor de sus películas junto a la multipremiada en los Goya Pa negre de 2010. Una tensa, oscura, claustrofóbica, morbosa, compleja y fascinante historia que fluctúa entre el drama intimista, el thriller psicológico y el terror en torno a un nazi que abusó y asesinó impunemente a niños durante la Segunda Guerra Mundial, el doctor Klaus (Günter Meisner).
Después de un intento de suicidio sobrevive tiempo después inmóvil y conectado a un pulmón de acero bajo el cuidado de su esposa (Marisa Paredes) e hija (Gisèle Echevarría). La aparición de un joven enfermero conducirá a una relación de lo más sombría, la de la pura y simple atracción por el mal. Perturbadora y con una puesta en escena prodigiosa, su presentación mundial tuvo lugar en la Berlinale y, tras un recorrido por diversos festivales, en España llegó a estrenarse comercialmente en cines en marzo de 1987.