El desarme de Hamás, condición indispensable para avanzar en la tregua de Gaza junto al líder israelí
Donald Trump situó este lunes el desarme de Hamás como el principal obstáculo para avanzar a la fase dos de la tregua en Gaza, al recibir a Benjamin Netanyahu en Mar-a-Lago en una reunión cargada de mensajes estratégicos y respaldo explícito a su socio israelí. «Habrá que desarmar a Hamás o esto se desmontará muy rápido», dijo el presidente de Estados Unidos, fijando una línea roja que condiciona el futuro inmediato del alto el fuego impulsado por Washington y aprobado por el Consejo de Seguridad de la ONU.Ese planteamiento resume los desafíos a los que se enfrenta la fase dos del plan estadounidense: el fin del control militar de Hamás, una retirada más amplia de las tropas israelíes, la creación de una administración civil palestina de carácter tecnocrático y el despliegue de una fuerza internacional de estabilización. Todo ello en un contexto regional volátil, con Irán, Siria y Turquía como actores implicados, y con Netanyahu sometido además a una intensa presión política y judicial interna en su país.La escenografía del encuentro fue calculada. Trump apareció a la entrada de su club de Palm Beach a las 13.25. Un minuto después llegó el coche del primer ministro israelí. «Hola, Bibi», le dijo al estrecharle la mano. Ante los periodistas, Trump lo presentó como un «primer ministro en tiempo de guerra», un «héroe», y afirmó que Israel «no existiría» sin él. La imagen buscaba reforzar la alianza personal entre ambos líderes en un momento clave.Noticia Relacionada estandar Si EE.UU. revela un ataque en territorio venezolano contra una instalación del narcotráfico David Alandete En su comparecencia del lunes junto al israelí Benjamín Netanyahu, Trump confirmó la operación, algo que no han hecho el Pentágono, la CIA ni el Gobierno de MaduroPero bajo ese gesto de complicidad se acumulaban tensiones. La primera fase de la tregua, iniciada en octubre, ha permitido la liberación de todos los rehenes salvo uno, vivo o muerto, y una reducción significativa de los combates. Sin embargo, el paso a la siguiente etapa está bloqueado por desacuerdos sustanciales. Israel no quiere avanzar mientras queden asuntos pendientes, como la devolución de los restos del último rehén israelí en Gaza, Ran Gvili, cuyos padres se reunieron con Netanyahu y Trump durante su estancia en Florida.Acelerar la transiciónTrump insistió en que quiere acelerar la transición. Preguntado por el calendario, reiteró que el desarme de Hamás es innegociable y evitó detallar garantías concretas sobre los últimos rehenes antes de avanzar. Reivindicó además el papel de su Administración en las liberaciones ya producidas y volvió a cargar contra Joe Biden , asegurando que bajo su mandato no se logró ninguna.El desarme de Hamás es, sin embargo, solo uno de los escollos del plan. La fase dos prevé una Gaza desmilitarizada bajo supervisión internacional, administrada por un comité palestino «tecnocrático y apolítico», y la puesta en marcha de un órgano de supervisión, el denominado Board of Peace, encargado de coordinar la reconstrucción bajo un mandato de la ONU renovable cada dos años. La hoja de ruta incluye además la normalización de relaciones entre Israel y varios países árabes y una vía hacia la independencia palestina.En la práctica, cada uno de esos puntos genera resistencias. Israel recela de una retirada profunda sin garantías de seguridad. Varios países árabes y europeos temen que la fuerza internacional propuesta acabe actuando como una nueva ocupación encubierta. Hamás ha insinuado que podría «congelar» o almacenar su arsenal, pero rechaza renunciar al derecho a la resistencia armada mientras exista ocupación israelí. En Washington se ha llegado a plantear un sistema de incentivos económicos a cambio de armas, una idea que despierta escepticismo entre los mediadores.Varios países árabes y europeos temen que la fuerza internacional propuesta acabe actuando como una nueva ocupación encubiertaLa reunión en Mar-a-Lago ha servido también para que Trump endureciera su discurso sobre Irán. Aseguró haber recibido informaciones de que Teherán intenta reconstruir su programa de misiles balísticos y dejó claro que apoyaría un ataque si ese esfuerzo continúa. «Si siguen con los misiles, sí. Con lo nuclear, rápido», afirmó. Al mismo tiempo, descartó un objetivo explícito de cambio de régimen y subrayó que el Gobierno iraní ya se enfrenta a graves problemas económicos y sociales.Para Netanyahu, Irán sigue siendo el eje estratégico central, incluso mientras Gaza concentra la atención internacional. En Israel existe inquietud por una posible recuperación de capacidades militares iraníes tras los ataques estadounidenses del pasado verano, que Trump volvió a describir como «completos y totales». Esa coincidencia de diagnósticos refuerza la sintonía entre ambos líderes, aunque no despeja las dudas sobre los próximos pasos.Trump vinculó además sus advertencias al precedente reciente del bombardeo de verano. Recordó que Estados Unidos atacó directamente instalaciones del programa nuclear iraní , en una operación ordenada por su Administración y presentada entonces como un golpe preventivo. El presidente volvió a sostener que esos objetivos fueron destruidos y dejó claro que Washington está dispuesto a actuar de nuevo si Irán retoma el desarrollo de capacidades nucleares o acelera su programa de misiles.En Washington se ha llegado a plantear un sistema de incentivos económicos a cambio de armasTrump sorprendió además con un tono conciliador hacia Turquía. Preguntado por la posibilidad de que fuerzas turcas se desplieguen en Gaza como parte de la futura arquitectura de seguridad, respondió: «Si es bueno, me parece bien». También elogió abiertamente al presidente Recep Tayyip Erdogan , un gesto observado con cautela tanto en Jerusalén como entre varios socios árabes.Indulto a NetanyahuEl momento más delicado de la comparecencia llegó cuando Trump afirmó haber hablado con el presidente de Israel, Isaac Herzog, sobre un posible indulto a Netanyahu en los procesos judiciales que afronta en su país, y aseguró que Herzog le había dicho que «está en camino». Horas después, la oficina del presidente israelí difundió un comunicado desmintiendo esa versión.Según precisó la Presidencia de Israel, no ha habido conversación directa entre Herzog y Trump desde que se presentó formalmente la solicitud de indulto. Sí reconoció una conversación previa entre Herzog y un representante de Trump, en la que se explicó el estado del procedimiento y se subrayó que cualquier decisión se tomará conforme a los cauces legales establecidos. La aclaración dejó en evidencia una fricción incómoda y obligó a marcar distancias institucionales.Más allá de ese episodio, Trump volvió a subrayar su confianza personal en Netanyahu. «Nuestra relación no puede ser mejor», dijo. Adelantó que hablarían también de Siria y expresó su deseo de que Israel «se lleve bien» con el nuevo escenario regional. En una comparecencia dispersa, afirmó además haber hablado «bastante recientemente» con Nicolás Maduro y se atribuyó ataques contra embarcaciones vinculadas al narcotráfico en Venezuela, sin aportar detalles.Hubo incluso momentos de confusión, como cuando dijo no saber nada de un supuesto ataque contra la residencia de Vladímir Putin , denunciado por el Kremlin, para después afirmar que el propio presidente ruso se lo había mencionado esa misma mañana. «Quizá el ataque no tuvo lugar», añadió, sembrando dudas sobre la veracidad del episodio, que Ucrania ha tachado de falso.

