El 'general invierno' ni detiene la guerra ni trae la paz: así está ahora mismo la situación en Ucrania
Las negociaciones de paz parecen de nuevo estancadas y Moscú sigue ganando terreno en el campo de batalla.
El invierno ni detiene la guerra ni trae la paz: es un factor decisivo en el conflicto, pero no decanta la balanza ni hacia Ucrania ni hacia Rusia, en un conflicto más enquistado que otra cosa. En diciembre de 2025 la foto no es muy distinta a la de hace un año; Kiev lanzó una contraofensiva a finales de 2022 y desde entonces parece haberse limitado a sostener la batalla. Mientras, aboga por seguir recibiendo apoyo de sus aliados, sobre todo de Europa, toda vez que EEUU solo quiere acelerar unas conversaciones de paz que siguen en una especie de limbo pese a las reuniones entre las partes.
La línea del frente apenas se mueve, con Moscú haciéndose fuerte en el Donbás (fundamental en un futuro acuerdo de cese de las hostilidades), sin querer un alto el fuego -que sí defiende Ucrania- y con ataques masivos sobre las regiones aledañas a la capital, como la oleada que dejó de nuevo fallecidos en las zonas de Kiev y Yitomir este mismo martes: este no es un conflicto congelado, pero se mueve poco con el paso del tiempo. Un tiempo que domina Putin y que, en realidad, juega en contra de Volodimir Zelenski.
¿Cuál es ahora mismo la situación en Ucrania?
¿Qué está pasando sobre el terreno?
La realidad es que en el frente el tablero está inclinado a favor de Rusia, pero sin cambios estratégicos decisivos, lo cual juega en favor de Putin, que no tiene prisa. El frente terrestre permanece relativamente estabilizado en amplios tramos del este y sur del país, aunque con combates diarios, ataques de artillería y un uso masivo de drones de reconocimiento y ataque por ambos bandos. Rusia mantiene la iniciativa táctica en algunos sectores del Donbás, con avances muy limitados y costosos en términos humanos y materiales, mientras Ucrania prioriza la defensa en profundidad y la contención, evitando rupturas del frente.
En términos territoriales, Rusia controla aproximadamente entre el 18% y el 20% del territorio ucraniano, incluyendo casi toda la región de Lugansk, amplias partes de Donetsk, el corredor terrestre hacia Crimea y la península (anexionada ilegalmente ya en 2014) en su totalidad. Las líneas del frente se caracterizan por trincheras, campos de minas y posiciones fortificadas, similares a una guerra de posiciones. Las estimaciones occidentales sitúan las bajas totales (muertos y heridos) en varios cientos de miles por cada bando desde 2022, con una presión creciente sobre las reservas de personal, especialmente en Ucrania, y un recurso sostenido de Rusia a movilización parcial y contratación de voluntarios.
En el plano estratégico, Rusia sigue atacando infraestructura energética y logística ucraniana, especialmente durante el invierno, con el objetivo de erosionar la economía y la moral civil, mientras Ucrania responde con ataques de largo alcance contra depósitos, aeródromos y objetivos militares en la retaguardia rusa y en Crimea. El hecho de que el conflicto se siga prolongando (este es ya el tercer invierno completo de guerra) va en contra de Ucrania, que se desgasta, y claramente a favor de Rusia, que se sabe en ventaja... la misma que puede tener en la mesa de negociación.