El PSOE gallego intenta frenar la escalada de su crisis interna por los casos de acoso
Aprovechando las temperaturas propias de estas fechas, el Partido Socialista gallego (PSdeG) intenta dejar que enfríe el incendio originado en sus filas desde el estallido del 'caso Tomé', a raíz de las denuncias en televisión contra el todavía presidente de la Diputación de Lugo y alcalde de Monforte de Lemos por presunto acoso sexual a mujeres vinculadas al partido. Entre críticas internas por la gestión de este episodio por parte de la dirección liderada por José Ramón Gómez Besteiro, se han abierto otros dos frentes en forma de denuncias por acoso laboral a los alcaldes de Barbadás (Orense) y La Coruña, pero el partido ha decidido aplazar el análisis de esta delicada situación en su máximo órgano entre congresos hasta que pasen las navidades.La crisis se precipitó la noche del 9 de diciembre. El programa 'Código 10' de Cuatro sacó a la luz varios testimonios contra José Tomé por supuestos comentarios obscenos, tocamientos no consentidos e incluso propuestas de relaciones sexuales a cambio de puestos de trabajo. Tras hacerse de rogar durante algunas horas, Tomé dimitió el día siguiente por la tarde . Aunque lo hizo a medias. Pidió su suspensión de militancia en el PSOE y renunció al liderazgo del partido en la provincia de Lugo y a la presidencia de la Diputación en diferido — sigue en funciones hasta el día 30 —, pero anunció que se mantendría como diputado provincial y al frente de la alcaldía de Monforte como concejal no adscrito.El partido esperó a que compareciese antes de pronunciarse, a través de un comunicado, mientras Besteiro canceló su agenda y no dio la cara hasta casi tres días después de que trascendiesen las denuncias en televisión. Lo hizo en una rueda de prensa en la que admitió que ya en el mes de octubre había tenido conocimiento de un testimonio en boca de una tercera persona, pero que nunca había hablado con ninguna víctima. Al mismo tiempo, se conoció la dimisión de la secretaria de Igualdad del partido, Silvia Fraga, por discrepancias en el modo de reaccionar de la organización.Noticias relacionadas reportaje Si Crisis en el PSOE gallego Los contextos de Besteiro: del gatillo fácil en el 'caso Tomé' a la impotencia con Inés Rey José Luis Jiménez estandar Si Guerra interna abierta en tres federaciones del PSOE por los casos de acoso sexual y laboral Joan guiradoEsa fue la gota que colmó el vaso y que llevó a la alcaldesa de La Coruña, Inés Rey, a impulsar un manifiesto en apoyo a Fraga en el que se exigía una «actuación firme y coherente» ante una situación que ha causado «estupor, vergüenza y una inevitable desafección con el partido». El texto llegó a ser firmado por los expresidentes socialistas Emilio Pérez Touriño y Fernando González Laxe . Antes ya había surgido otro pronunciamiento en la provincia de Orense apoyado por representantes del partido de menor entidad. Entre ellos, el alcalde de Barbadás, Xosé Carlos Valcárcel Doval. El escrito advertía que «quien oculta, ampara, relativiza o ralentiza las investigaciones se convierte en cómplice y, como tal, también debe asumir sus responsabilidades y dejar todos los cargos».Se da la circunstancia de que tanto Rey como Valcárcel recibieron días después denuncias por acoso laboral a través del malogrado canal interno de denuncias del PSOE. En el caso del regidor orensano, Besteiro pidió inmediatamente su dimisión, pero no se atrevió a hacer lo mismo con la alcaldesa de la segunda ciudad más grande de Galicia, cuyo nombre resuena recurrentemente en los mentideros como casi el único relevo disponible en la cantera socialista si termina cayendo el actual secretario general. Rey habla abiertamente de un «uso espurio» del canal interno por parte de dos exconcejalas del anterior mandato que no repitieron en listas.El tiempo todo lo curaSuperados los manifiestos y las declaraciones en medios de comunicación, las diferentes familias del partido tendrán oportunidad de verse las caras y pronunciarse sobre la ola de denuncias en un Comité Nacional que Besteiro ha preferido dejar para el 10 de enero con la esperanza de que el tiempo todo lo cura. A que pasen los días y ya se verá, lo fía todo el secretario general del PSOE gallego, el hombre de Sánchez en Galicia, que juega con la baza de que no hay elecciones a la vista ni tiene, de momento, una alternativa clara dentro del partido. Tras las últimas autonómicas sobrevivió, a pesar de que los socialistas sacaron el peor resultado de su historia . Habrá que ver qué pasa en las municipales que tocan en la primavera de 2027, con un PSOE que ahora gobierna en tres de las siete principales ciudades gallegas y que, tras el 'caso Tomé', podría dejarse una de ellas: Lugo, e incluso perder su bastión de la Diputación. Eso, si no hay unas generales de por medio en las que la cúpula socialista gallega pueda recolocarse y librarse de la patata caliente que es ahora más que nunca dirigir el PSdeG.
