El volcán Etna, el más activo de Europa, entra de nuevo en erupción en Sicilia
Uno de sus cráteres arroja densas columnas de humo y coladas de lava sin que haya habido que interrumpir el tráfico aéreo
El Etna, el volcán que alza sobre la ciudad de Catania, en el este de Sicilia, volvió a despertar este domingo con fuertes explosiones en uno de sus cinco cráteres, el noreste, del que empezaron a salir ríos de lava. El Etna es el volcán más alto de Europa, con sus 3.403 metros de altitud, y también el más activo con erupciones periódicas. La de este domingo, por el momento no está trastocando las vidas de los sicilianos ni de los numerosos turistas que visitan la isla italiana.
El tráfico aéreo del aeropuerto de Catania-Fontanarossa no se ha interrumpido a pesar de que el domingo por la mañana las autoridades habían emitido una alerta roja de posible riesgo para los aviones por el denso humo. Ese problema, el del tráfico aéreo, suele ser uno de los primeros efectos en las periódicas erupciones del Etna.
Hasta ahora, la principal consecuencia de la erupción es la estampa espectacular de las explosiones de ceniza y humo, así como las coladas de lava que se observan entre la nieve que ha caído estos días en la ladera del volcán. Las erupciones del Etna son muchas veces una de las atracciones turísticas que ofrece Sicilia.
El Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología de Catania ha explicado cómo se han iniciado “una serie de fuertes explosiones en el cráter noreste del volcán, que ha arrojado material piroclástico por todo el cono”.
La actividad volcánica se ha intensificado a su vez “en el respiradero situado en el flanco superior de otro cráter, produciendo una fuente constante de humo de varias decenas de metros de altura”
El flujo de lava se desplaza hacia el este, hacia el Valle del Bove, y ha recorrido ya 1,8 kilómetros en esa dirección, explicó el Instituto.
La anterior erupción del Etna, el pasado 2 de junio, generó una columna de humo de cinco kilómetros y, también en esa ocasión, imágenes espectaculares. En una de las últimas erupciones del volcán, el pasado mes de febrero, las autoridades tuvieron que vigilar los accesos ante la afluencia de turistas que querían acercarse al lugar.