La central de Almaraz apura los plazos para evitar su cierre
La central nuclear de Almaraz parece que tendrá una segunda vida. Al menos, contará con una pequeña prórroga de tres años, hasta 2030, si no hay mayores intromisiones políticas en la decisión que debe tomar el Consejo de Seguridad Nuclear ( CSN ) en los próximos meses. Algo que celebra el sector energético .A principio de año la cuestión era más complicada, y la planta extremeña estaba abocada al cierre a partir de 2027, uno de sus reactores, y al año siguiente el otro grupo, de los dos que consta la instalación. Así se había fijado en el año 2019 entre las empresas propietarias, el Gobierno y Enresa (la encargada de los residuos), y así era el planteamiento del actual Ejecutivo.Noticia Relacionada estandar No Competencia plantea subir la luz en 2026 para reforzar la red eléctrica Raúl Masa El objetivo es que se integren las renovables y mejore la seguridad de suministroDe hecho, en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima ( Pniec ), que es la hoja de ruta diseñada por el Ministerio para la Transición Ecológica, con el objetivo de dar señales de inversión a las compañías privadas, fijaba que para 2030 ya no estuviera operativa la central de Almaraz. Pero 2025 ha sido un año largo y principalmente en materia energética.El apagón del pasado mes de abril ha provocado una fisura en las convicciones antinucleares del actual Gobierno. De hecho, cabe recordar que la política y planificación energética es una competencia del Ejecutivo. Bien es cierto que las empresas eléctricas deben querer operar las plantas. Y ese fue un paso decisivo .La peticiónDespués de meses de idas y venidas, de pequeños desacuerdos y peticiones dispares, a principios de noviembre Iberdrola , Endesa y Naturgy pidieron que los dos reactores de Almaraz puedan seguir operando hasta 2030. Además, quitaron una de las líneas rojas que tenía el Gobierno –y ellos también– con respecto a la fiscalidad. Las empresas presentaron su solicitud sin que se aborden los impuestos. De hecho, desde el Ejecutivo quisieron sacar pecho con esta situación.Era un paso clave, pero no definitivo. Se pensaba que esta situación sería suficiente, pero la ministra y vicepresidenta Sara Aagesen , el día de la presentación de la documentación, evitó pronunciarse sobre posibles escenarios. En concreto, la responsable de la política energética dijo que no quiere dar su opinión hasta que el CSN haga el informe preceptivo sobre la solicitud de prórroga. «El Gobierno no va a prejuzgar absolutamente nada que salga del CSN», insistió una y otra vez Aagesen. Y todo esto guarda una importante encrucijada en clave política.Las propietarias de las centrales llevan meses diciendo que es una necesidad que la nuclear se mantenga activa dentro del mix energético españolPero en los matices esconde el diablo sus cartas. El Gobierno tenía la opción de no tramitar esa petición. De hecho, como ya se ha señalado, el Ejecutivo es quien decide la política energética y podría ser muy tajante en el cierre de Almaraz. Pero no ha sido así; ha querido que la situación se eleve al CSN, y que sea este órgano supervisor el que decida si la planta extremeña está en condiciones de seguir operando.En caso de que sea afirmativo, y puesto que todas las líneas rojas han desaparecido, todo hace indicar que el Gobierno permitirá que se siga operando Almaraz hasta 2030 , tal y como se ha solicitado. El miedo dentro del sector, aunque no quieren manifestarlo de forma pública, es que el propio CNS pueda tomar algunas decisiones «extrañas». En principio no debería ser así. La central cacereña ya tenía permiso para funcionar hasta el final de la década. La firma del actual calendario de cierre llegó después. Por tanto, esa «ITV » ya estaría pasada, y no habría ningún problema para seguir en marcha.Lo que faltaDe lo urgente a lo importante. El primer objetivo era salvar Almaraz, y ese parece que se ha cumplido. Ahora habrá que ver qué sucede con el resto de centrales. Aunque de nuevo la situación no será sencilla, incluso con un cambio de Gobierno de por medio. Se trata de un negocio muy complejo donde tres importantes compañías con intereses muy distintos deben ponerse de acuerdo en todo.Las centrales nucleares están constituidas en comunidades de bienes. En concreto, la central de Almaraz tiene como dueños a Iberdrola (53%); Endesa (36%); y Naturgy (11%). Las dos plantas que operan tienen la misma composición. Por su parte, Ascó I pertenece al 100% a Endesa; mientras que Ascó II es de la propia Endesa (85%); e Iberdrola (15%). A su vez, la eléctrica que preside Ignacio Sánchez Galán tiene el 100% de Cofrentes . La otra central catalana, Vandellós II , está en manos de Endesa (72%); e Iberdrola (28%). Por último, Trillo , que además sería la última en cerrar, en 2035, está controlada por Iberdrola (49%); Naturgy (34%); EDP (15%); y Endesa (1%).A su vez, algunas de estas centrales están gestionadas a través de una agrupación de interés económico. Es el caso de CNAT , que engloba a Almaraz y Trillo; y ANAV , que cuenta con Ascó y Vandellós. De igual modo, todas las decisiones que se tomen deben ser por unanimidad, y cualquier movimiento debe poner de acuerdo a las energéticas.Generación clave La energía nuclear ha sido capaz de generar de manera estable un 20% de la producción eléctrica en los últimos años. Se trata de un volumen muy relevante y, lo que es más importante, libre de emisiones contaminantes. Todo esto se ha puesto de relieve tras el apagón del mes de abril, donde se necesita tecnología de respaldo para la entrada masiva de renovables. Más si cabe en los próximos años, donde se espera que las tecnologías verdes ganen más presencia en el mix. Por eso, el Gobierno ha tenido que dar un tanto marcha atrás en sus planteamientos y mantener abierta una de sus centrales mejor preparadas.Esta situación, curiosamente, se podría haber resuelto hace años, y ahora no existiría este problema. En 2009, con Miguel Sebastián al frente del Ministerio de Industria, el Gobierno tuvo reuniones con las eléctricas para transformar el régimen jurídico. La pretensión era clarificar la estructura, la contabilidad de las centrales y generar más seguridad.En su momento, el objetivo era que condujeran su modelo hacia el de sociedad anónima, y dejar las comunidades de bienes y las agrupaciones económicas atrás. Pero la situación no cuajó, y se ha mantenido igual hasta la fecha, momento en el que puede darse una situación crítica en el seno de las centrales.
