Las mejores bromas de la gala 'Inocente': Aitor Albizua "cagado" o Santi Cazorla rompiendo un casco
Las mejores bromas de la gala 'Inocente': Aitor Albizua "cagado" ante un ser o Santi Cazorla cargándose el casco de Don Pelayo
Este domingo se emitió la trigésima edición de la gala Inocente, el formato de La 1 en el que un grupo de famosos son sometidos a elaboradas bromas que son grabadas con cámara oculta. Después, durante la gala se piden donaciones para luchar contra el cáncer infantil.
Este año los 'inocentes' fueron la cantante Leire Martínez, el presentador Aitor Albizua, el futbolista Santi Cazorla y las actrices Itziar Miranda y Nadia de Santiago.
La primera de las bromas fue al futbolista, asturiano de pro, al que le hicieron creer que iba a poder ver en primicia el recién descubierto casco del insigne Don Pelayo. Acompañado del humorista Dani Fez como gancho, ambos se probaban el casco, que acababa cayendo al suelo, rompiéndose, con el consiguiente embarazo.
"Yo no he roto nada, a mí el casco no se me ha caído", decía el futbolista tratando de lidiar con los supuestos responsables de patrimonio histórico.
Itziar Miranda era la siguiente. La actriz acudía junto a Manu Baqueiro, su compañero en Amar es para siempre, para un supuesto y ficticio acto en una residencia de ancianos, donde tenían que recoger un premio a la serie.
Pero una vez allí Itziar Miranda charlaba con algunos de los ancianos, entre los que conocía a una mujer que decía ser su tía perdida. La señora lo sabía todo de la familia de la actriz y aprovechando de eso, le hacía creer que eran parientes y le pedía que la ayudara a escapar de la residencia.
Llegaba el turno de Aitor Albizua. El presentador de Cifras y letras era invitado a comer a un restaurante a las afueras de Madrid, para lo que tenía que pasar por una zona de campo**. En mitad del camino se encontraban un bloqueo en la carretera: un enorme cubo de metal** negro.
Tras varios devenires la Guardia Civil acababa por aparecer, descubriéndose que eran unas cápsulas extraterrestres de las que acabaron por salir unos extraños seres negros. "Me cago", decía impresionado el presentador cuando el ente le miraba desde tan solo unos metros.
A Leire Martínez le contaron que iba a colaborar en un villancico benéfico junto a un coro de mujeres del mundo rural. Una vez allí todo era un poco surrealista, pues las mujeres no daban una nota. Pero se trataba de una broma dentro de una broma.
En un momento dado se descubría que todo era una broma, pues se descrubría a los cámaras. de la gala y que fingiera no haberse enterado de nada. Y claro, todo comenzaba a ser aún más surrealista. Y cada vez más exigencias a cada cual más rara.