Leonardo DiCaprio contra Timothée Chalamet: el gran duelo generacional por el Oscar
Leonardo DiCaprio contra Timothée Chalamet. Este es el gran duelo generacional del momento en Hollywood. A menos de tres meses de la noche de los Oscar, las candidaturas a los premios más importantes del cine marcarán en su 98.ª edición el tiempo de transición que vive la industria.
A sus 51 años DiCaprio, con más de tres décadas de carrera, dueño de uno de los rostros más emblemáticos de la pantalla, seis veces nominado y una ganador, competirá por su papel en Una batalla tras otra, última película del siempre visceral Paul Thomas Anderson. Chalamet, por su parte, con dos nominaciones a sus 29 años y convertido ya en la estrella de mayor impacto en los últimos tiempos, lo hará por su trabajo en Marty Supreme (estreno: el 30 de enero).
Este enfrentamiento entre dos iconos –uno ya leyenda del cine, el otro en ascenso– ha animado como hacia tiempo que no se veía la carrera por las preciadas estatuillas. Y eso que todavía no se han hecho públicas las listas de nominados. Ambos, sin embargo, encabezan las quinielas del asunto.
Críticos, publicaciones especializadas y la industria en general ha bendecido la actuación de DiCaprio como una de las mejores del año. Su papel de exrevolucionario que vive con su hija y debe confrontar su pasado en Una batalla tras otra, ha sido celebrado por una gran complejidad emocional que permite al actor mostrar una gran variedad de matices interpretativos, factor clave para los miembros de la Academia en cuyos votos se haya la decisión final.
La de Chalamet en Marty Supreme, por su parte, ha sido descrita como una de las actuaciones más impresionantes del año y la mejor de su carrera. Muchos críticos señalan su desempeño intenso, su transformación física, su dedicación y su compromiso emocional para interpretar al apasionado jugador de ping pong de los años 50 que protagoniza la película.
Ambos actores, por cierto, ya se vieron las caras en No mires arriba, de 2021, protagonizada por Di Caprio y Jennifer Lawrence y en la que Chalamet hacía un pequeño papel. Según contó más tarde en una entrevista, Di Caprio le dio un consejo a modo de guía para su carrera: «Nada de drogas duras y nada de películas de superhéroes».
Cuatro años después, el pulso entre ambos es visto ahora como un choque entre experiencias, enfoques y formas de entender la fama y el cine. DiCaprio encarna la tradición del cine clásico y posee una sólida reputación forjada sobre la elección de papeles complejos y personajes profundos. Chalamet, en cambio, representa a una nueva oleada de estrellas versátiles cuya imagen pública se mueve con naturalidad entre las redes sociales, la moda y la cultura pop. El duelo no es hostil, pero sí revelador.
Al fin y al cabo, una victoria de Chalamet desafiaría a todo el establishment hollywoodiense actual, dada la lista de ilustres cuyos nombres también suenan a nominación: George Clooney, Michael B. Jordan, Daniel Day-Lewis, Russell Crowe y, sobre todo, Ethan Hawke. Este último, es visto como el gran candidato a inmiscuirse en la pugna entre DiCaprio y Chalamet. Hawke, de 55 años, se sale en Blue moon, la nueva cinta de Richard Linklater, con un personaje que se mueve entre el orgullo, la frustración, la vulnerabilidad y las contradicciones emocionales en una noche decisiva de su vida, sosteniendo él solito la película con transformaciones sutiles y una apabullante presencia emocional.
Nominado cuatro veces (sin recompensa), a Hawke podría ayudarle la querencia de los académicos a reconocer a intérpretes consagrados y apreciados por el público a los que apenas les falta la certificación del oscar en sus carreras. Ya saben: un actor serio que merece reconocimiento tardío. De momento, y a la espera de las nominaciones (a final de enero o inicio de febrero), lo único claro es que en Hollywood hay talento para rato.