Los cálculos de Sánchez pasan por que sus socios no le dejen caer: «Nadie quiere ser el responsable de que gobierne Feijóo»
Tiempo muerto. El Gobierno ha llegado al descanso navideño como el náufrago que, tras mucho bracear, alcanza tierra firme. El estado de agotamiento del Ejecutivo se asemeja al del pasado mes de julio, cuando, asolado por el huracán del 'caso Cerdán', Pedro Sánchez buscó en el verano una etapa de imprescindible reseteo. El oxígeno llegó a los centros de poder socialista y lograron arrancar septiembre recuperando la iniciativa política . Pero la realidad ha vuelto a imponerse y en apenas tres meses el plano judicial lo ha capitalizado todo de nuevo. Con una salvedad, a diferencia de julio, a la sensación de colapso que se ha instalado ahora ya no son ajenos los socios que componen la mayoría de la investidura. En Moncloa tratan de mantener una impostada tranquilidad. La vocación de continuidad suena más a deseo que a realidad y pese a los intentos del presidente del Gobierno de proyectar viabilidad del proyecto, nadie comparte que el horizonte de 2027 sea realista . Los socios de investidura se preparan para culminar el primer trimestre del próximo año, horizonte a partir del cual asumen que «puede pasar cualquier cosa» .Noticia Relacionada Bloquea hasta 60.000 lanzamientos estandar No El Gobierno pacta con Bildu otra prórroga de la moratoria de los desahucios Antonio Ramírez Cerezo Se extenderá por séptimo año consecutivo durante todo 2026 ante la desesperación de los propietariosSánchez, que ha llevado la resistencia más allá de su propio manual, mantiene la convicción de que por mucho que la situación se complique, la falta de alternativa sigue jugando a su favor. Desde el Ejecutivo se ha impuesto una máxima: «Quien rompe, paga». «Nadie quiere ser el responsable de que gobierne Feijóo» , señala un miembro del Gobierno, restando incentivos a sus aliados para hacerles caer. Entre los socios del Ejecutivo preocupa que la única causa de la legislatura siga siendo cerrarle el paso a la suma de las derechas y se deje de lado una agenda verdaderamente progresista que permite vender ante sus electorados que «merece la pena seguir» -utilizando la retórica gubernamental-. Para despejar sus dudas, Sánchez les lanzó un mensaje en su balance de fin de año. «Un gobierno de PP y Vox sería el mayor error histórico», sentenció, consciente de que nadie quiere moverse de la foto ni acabar viéndose señalado como el culpable de la desintegración de la entente progresista.«Contra una derecha de verdad no vale una izquierda de mentira» , apunta, en este sentido Gabriel Rufián (ERC). Las dudas se multiplican en el espectro de la izquierda. No van a dejar caer a Sánchez, pero tampoco quieren ser cómplices de un gobierno en decadencia, que les arrastre en su caída, por su incapacidad para asumir un mínimo de autocrítica o propósito de enmienda en el contexto de crisis actual. La parálisis del Gobierno genera incomodidad en algunos partidos que comienzan ya a hacer balance de qué les resulta más lesivo, si seguir sosteniendo a Sánchez o dejarle a su suerte.Horizonte electoralEspecialmente trascendente es la sintonía en la que lleva semanas emitiendo el PNV. Los nacionalistas vascos no escatiman en mensajes anticipando una convocatoria de generales en 2026. «Si yo fuera Sánchez iría pensando en cómo y cuándo convocar elecciones» o «esto no aguanta año y medio» son algunas de las advertencias que Aitor Esteban ha ido dejando para quien las quiera escuchar. Los jeltzales tienen un olfato de sabueso político y saben leer la escena nacional como nadie, anticipando los siguientes movimientos o, incluso, propiciándolos a conveniencia.Lo cierto es que, pese a lo impostado de su actitud, en Moncloa son plenamente conscientes del malestar creciente que existe entre sus aliados y están trabajando para tratar de aplacarlo, acelerando el cumplimiento de las cuestiones pendientes y presentando una batería de medidas sociales que permitan mantener vivo el hilo sobre el que pende la legislatura. El Gobierno aprovechó el último Consejo de Ministros del año para aprobar un refuerzo del escudo social. Es la tónica habitual cada mes de diciembre, porque con Presupuestos prorrogados, el Ejecutivo tiene que vehicular a través de decretos aquellas medidas que quiere que sigan en vigor y que decaen a 31 de diciembre. Pese a ser una dinámica que se repite cada año, tanto el Gobierno como sus socios han utilizado esta palanca para tratar de seguir proyectando el mensaje de que a los españoles «les renta» que Sánchez siga en La Moncloa.El Gobierno dejó que fuera Bildu quien rentabilizara la prórroga del escudo social como si fuera un acuerdo bilateralEl Gobierno dejó que fuera EH Bildu, uno de los socios, si no el más estable que tiene, el que anunciara la actualización del escudo social como si de un acuerdo bilateral se tratase para prorrogar la prohibición del corte de suministros básicos, el bono social eléctrico y la moratoria para desahucios para familias vulnerables sin alternativa habitacional. Además, también se aprobó una revalorización general de las pensiones del 2,7% y un incremento de entre el 7 y el 11,4% de las mínimas y no contributivas. Esto a cierre de 2025, porque para el arranque del año ya se está cimentando una agenda que siga amalgamando la mayoría. Sánchez ha decidido activar una de las reuniones con más valor político de las que tenía pendiente. El presidente del Gobierno se reunirá con Oriol Junqueras para proyectar una imagen de continuidad, mientras en el seno de ERC le piden que reaccione. No son los únicos que consideran que el Gobierno se ha instalado en la estrategia del «avestruz» escondiéndose «tras el burladero de Vox».La debacle en Extremadura ha sido un nuevo baño de realidad que visualiza unas siglas del PSOE que cotizan a la baja. Sin embargo, Sánchez no ha pensado en tirar la toalla. Al contrario que tras el estallido del 'caso Cerdán' cuando sí pensó en dimitir, según él mismo reconoció, o se planteó el impulso de una cuestión de confianza; ahora, ninguno de estos escenarios han llegado a estar siquiera encima de la mesa. «Si tienes un problema lo resuelves tú, no haces que los socios te blanqueen» , asegura un miembro del Gobierno, sobre el contexto de escándalos de corrupción y acoso sexual que ha debilitado al PSOE.«Si tienes un problema lo resuelves tú, no haces que los socios te blanqueen», asegura un ministroUna cuestión de confianza supondría, no obstante, someter a los aliados a una tensión a la que no están en condiciones de responder. Ya en julio le pidieron a Sánchez que no les pusiera en esa tesitura y ahora desde Moncloa ni se atreverían a plantearlo. En el Ejecutivo viven al día y con la calculadora en la mano. Por mucho que algunos socios -como Junts y Podemos- hayan decidido soltarle la mano en algunas votaciones, esto no implica necesariamente que vayan a tomar la de Feijóo en una moción de censura. A eso se siguen aferrando, mientras tratan de recomponer los puentes con el partido de Carles Puigdemont, para abonar un terreno que permita que a su regreso a España -algo que esperan para la próxima primavera- se pueda reconducir la relación e, incluso, tener opciones de plantear unos Presupuestos que sean viables. Entretanto, el hilo sigue vivo y, tal como publicó este diario , existe una interlocución bajo el radar para avanzar en cuestiones pendientes como la negociación del cálculo de las balanzas fiscales.
