Meg O’Neill, la mujer que hace historia en la industria del petróleo
La próxima CEO de BP asumirá el cargo con la tarea de revertir las inversiones en energías renovables que la empresa había intentado en los últimos años
Los estereotipos son útiles, solo algunas veces. Será una mujer, abiertamente homosexual, quien revierta de forma definitiva el giro verde que BP había intentado en los últimos años. Meg O’Neill (Colorado, EE UU, 55 años) asumirá el cargo de consejera delegada en abril. Será la primera mujer en la historia en ponerse al frente de una de las cinco grandes petroleras del mundo, y la primera persona fichada desde fuera para dirigir la compañía en sus 115 años de historia.
O’Neill sustituye a Murray Auchincloss, que había asumido el puesto de forma interina tras la abrupta salida en 2023 de Bernard Looney, que dimitió tras reconocer falta de transparencia respecto a sus relaciones personales dentro de la empresa. Auchincloss abandonará la compañía y, hasta la llegada de O’Neill en abril, será Carol Howarth, vicepresidenta ejecutiva, quien ejerza como consejera delegada interina.
El relevo se produce en un momento de profunda reevaluación estratégica en BP. A comienzos de 2023, bajo la presión de unos resultados mediocres, la compañía recortó de forma significativa las inversiones previstas en energías renovables y anunció un giro hacia el refuerzo de su negocio tradicional de petróleo y gas. Sus rivales, Shell y la noruega Equinor, también han reducido sus planes para invertir en energía verde y el llamamiento del presidente Donald Trump, “drill, baby, drill” (perfora, nena, perfora), ha animado a las empresas a invertir en combustibles fósiles.
Es de esperar que O’Neill, por su trayectoria, se alinee con esta estrategia. Mientras BP luchaba por sostener su valoración en medio de una fallida estrategia verde, cambios en la cúpula y crecientes rumores sobre una posible adquisición, O’Neill lideraba la fusión de la petrolera australiana Woodside Energy con la división de crudo de la minera BHP.
O’Neill ha sido descrita como una persona dura y directa, alguien que no se anda con rodeos. Es abiertamente homosexual y está casada con Vicky Hayes, con quien tiene una hija adolescente. En una entrevista con The West Australian, contó que su proceso de salir del armario como mujer gay en la industria del petróleo tuvo “altibajos”: “Creo que es importante que, como mujer gay en un puesto de alta responsabilidad, sea visible para que los jóvenes queer puedan mirar y decir: “Mira, hay alguien como yo. Debería sentirme cómoda siendo quien soy en el trabajo”.
También ha recibido duras críticas por parte de activistas climáticos, incluida una protesta frente a su casa en Perth (Australia), donde los manifestantes intentaron dañar la valla y la puerta del garaje con pintura. “Esto no fue una protesta inofensiva”, declaró entonces. “Estaba diseñada para intimidarnos a mí, a mi pareja y a nuestra hija en nuestro propio hogar. Este tipo de actos por parte de extremistas deberían ser condenados por cualquiera que respete la ley”.