Más kilos y menos euros: la rutina para equilibrar nuestro bolsillo en 2026
A la lista de propósitos que rondan nuestras cabezas a pocas horas de que finalice el año hay que sumar una rutina que va más allá de los ejercicios en el gimnasio -quién no quiere adelgazar- o quitarse el tabaco de en medio -que levante la mano el que no haya pensado dejar de fumar-: buscar el punto de equilibro para que el bolsillo no sufra más de lo debido. A pesar de las grandes cifras macroeconómicas -PIB, afiliación, exportaciones...-, la realidad es que uno de cada cinco hogares españoles tiene dificultades para llegar a fin de mes, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). Y aunque la vorágine de los gastos aprieta, no tienen por qué llegar a ahogar si conseguimos domesticar a nuestro dinero . Es el otro gran reto, junto al gimnasio y al tabaco, a cumplir en 2026. Noticia Relacionada GASTOS HORMIGA estandar Si Los gastos silenciosos que merma nuestros bolsillos sin darnos cuenta José María Camarero Las pequeñas compras que hacemos de forma instintiva son el primer eslabón para cuadrar el ahorro de un hogar. Pero los caprichos o las ganas de vivir pesan más en una decisión que lastra nuestras economíasLa rutina no deja de ser una práctica aburrida. Porque cuando se incorporan nuevos hábitos, no se pueden pasar más de dos días sin practicarlos. Un hábito que se omite una vez es un accidente. Si se omite ya dos veces, hablamos del comienzo de un nuevo hábito. El nuevo año llega plagado de novedades económicas en un contexto en el que muchas familias se preguntan qué hacer con el dinero más allá de dejarlo reposar en una cuenta bancaria tradicional que se ve fagocitada por la inflación. Porque el de la subida de precios es el principal impuesto fantasma al que se enfrentan diariamente, más allá de la subida de las cotizaciones o el pago del IRPF que ejerce como yugo en nóminas de trabajadores y facturación de los autónomos. 0,9% Cotizaciones Las nóminas pagarán una cuota adicional desde el 1 de enero para sostener las pensionesEl primer paso, para el mismo 2 de enero, implica buscar un perfecto balance entre los ingresos que tenemos y los gastos . Reales en ambos casos. Sin autoengañarnos. Definir cuál es nuestra nómina, sin más añadidos como puede ser algún plus que recibamos a lo largo del ejercicio, y sin la expectativa de un ingreso adicional que creemos que nos llegará para el verano, es esencial. Tener los pies en la tierra . Y si a lo largo de los meses recibimos más ingresos , mejor que mejor. Exactamente lo mismo que con los gastos : hipoteca , alquiler , recibos, pagos esperados... Todo al mismo saco. Una buena táctica pasa por dividir los consumos según sean necesarios, puntuales o secundarios, así como replantearnos en qué medida es posible permitirse hacer gastos que no sean imprescindibles y prever cuándo habrá que asumirlos. No se trata de ganar más dinero, porque el verdadero objetivo es administrar lo mejor posible los ingresos y acostumbrarse -otra vez la rutina- a revisar los gastos.21% Inflación El coste de la vida se ha disparado en los seis últimos años drenando el poder adquisitivo de las familiasPara evitar que los sobresaltos nos acechen con las primeras facturas que lleguen a finales de enero -será la resaca de los gastos aplazados de una Navidad que ya estará en el olvido- es recomendable conocer un nuevo verbo adaptado a la economía: pre-ahorrar. ¿Y qué significa? Anticipar el momento de guardar el dinero dentro de un mes. Lo habitual, lo tradicional y lo histórico es recibir la nómina, pagar las deudas, hacer frente a los recibos y demás gastos obligatorios, vivir... y ahorrar hacia el 28 o 29 de cada mes con lo que haya sobrado. El pre-ahorroEl pre-ahorro implica anticipar ese momento hacia principios de mes, nunca después del día 10. Y después ya gastar en lo que queramos. Solo así se consigue generar ese hábito, aunque sea con poco dinero, cada hogar en función de sus circunstancias. Porque hay quienes deciden considerar el ahorro como un gasto más y se acostumbran a derivar una parte de sus ingresos a otra cuenta . De esa manera se empieza el mes sin contar con esa partida y así nos podemos organizar el dinero restante para afrontar los consumos necesarios.Anticipar el día de ahorro a antes del 10 de cada mes es clave para cuadrar mejor las cuentasMuy vinculado al ahorro que es necesario, hay que materializar el concepto de ocio. ¿Por qué en vez de endeudarnos para un viaje que tenemos previsto en 2026 no optamos por ir reservando una parte pequeña de nuestros ingresos periódicamente y lograr ese mismo objetivo sin costes? Cada consumidor tiene a su alcance cada vez más productos financieros para poder adquirir bienes y servicios y pagarlos a plazos. El saldo vivo del crédito al consumo se encuentra en récord, con 189.375 millones de euros concedidos a todo tipo de financiación, según el último dato del Banco de España. Pero esa realidad no nos obliga a pedir un crédito cada vez que viajemos, salgamos un fin de semana u optemos por un buen regalo o capricho. Para poder afrontarlo, es recomendable realizar un plan de ahorro. Tener un objetivo concreto hará más llevadero el esfuerzo de ahorrar y evitará un endeudamiento innecesario , con el compromiso de pago que siempre supone asumir un préstamo.Deudas que aporten algoY hablando de deudas, también las hay buenas y malas . Y es necesario distinguirlas para evitar que la bola de nieve de enero, inicialmente pequeña sin demasiados gastos, nos arrolle cuando llegue mediados de 2026 casi sin haberlo advertido. Porque no porque se vaya a diferir el pago significa que se pueda asumir un endeudamiento excesivo. Para ello, hay que revisar los ingresos, gastos y circunstancias personales para conocer si la situación financiera es saludable y no genere tensiones. Cuando las finanzas personales están bajo control, es conveniente dedicar solo una parte de los ingresos a pagar deudas: los expertos recomiendan no endeudarse nunca por encima del 35% o 40% de los ingresos mensuales.Por distinguir con claros ejemplos: las deudas buenas son las que nos sirven para invertir en activos que generan ingresos o valor de cara al futuro, como la hipoteca de una vivienda para alquilar, los gastos en educación de los hijos o la que sirve para poner en marcha un negocio o iniciativa empresarial. Por el contrario, las deudas malas financian consumo o pasivos que pierden valor y no producen dinero (un viaje, una fiesta e incluso un aparato electrónico de última generación). Son los créditos que nos empobrecen a medio y largo plazo, aunque a corto impliquen una gran satisfacción. Por eso, antes de firmar cualquier crédito, es conveniente preguntarse: '¿Me proporcionará riqueza o simplemente me servirá para asumir un gasto más que se esfumará?'.Una deuda buena aporta valor a largo plazo, como la vivienda, la educación o montar un negocioLlegados a este punto (cuadrar ingresos y gastos, pre-ahorrar, endeudarse sanamente...) podríamos haber conseguido algún objetivo. Deportivamente hablando, ya nos habríamos quitado algún kilito de más de nuestro cuerpo. Financieramente implicaría haber generado algún dinero -ni mucho ni poco, cada uno según sus expectativas e ingresos domésticos- con el que se nos plantea la gran pregunta: '¿Y ahora qué hago yo con este dinero?'.La gran tentación del español es dejar todos los ahorros en una cuenta bancaria. Todos. Así lo indican las cifras oficiales: la banca tiene en depósitos tradicionales más de 913.233 millones de euros. Una cuantía que se ha incrementado un 27% desde la pandemia, cuando la población apenas podía gastar por el confinamiento y consiguió ahorrar más. Pero para gestionar bien el patrimonio, en la cuenta corriente de la entidad financiera solo debería quedarse el importe correspondiente a tres, cuatro, cinco o seis nóminas , a lo sumo.Un fondo... y más que el bancoEs el dinero que sirve para afrontar imprevistos y gastos excepcionales, además de gestionar los del día a día. Nunca sabemos lo que va a deparar el futuro, por lo que se hace esencial destinar una pequeña parte de los ingresos por si hay que enfrentarse a alguna contingencia no deseada, que ojalá no ocurra nunca. El Banco de España así lo recomienda: «Es un dinerito ahorrado para hacer frente a cualquier situación inesperada sin tener que pedir un préstamo o endeudarnos peligrosamente con tarjetas de crédito». Y añade: la cantidad dependerá de la situación personal, por lo que hay que analizar cuánto dinero podría necesitar de manera urgente. «Para ello tenga en cuenta cuántas personas están a su cargo, cuáles son sus gastos, etcétera, y calcule destinar un equivalente a entre tres y seis meses de gastos normales».Los españoles tienen 913.000 millones en cuentas corrientes del banco, un récord históricoCon el resto del dinero, es necesario moverlo. Aunque sean cuantías escasas. Lo importante es, de nuevo, generar un hábito al que posiblemente muy pocos españoles estén acostumbrados. Consiste en dar un paso más y lo que se busca es sacar un rendimiento extra al dinero , lograr así hacer crecer el patrimonio y, en tiempos de inflación como la actual (el coste de la vida ha subido un 21,8% en seis años, según el INE), conseguir al menos que el capital que se tiene no pierda poder adquisitivo . Sería un último paso en esta rutina financiera de gimnasio a la que cada vez se suman más hogares, que quieren tomar el control de sus finanzas y que otros no decidan por ellos. Para lo bueno y para lo malo.