Muere Cecilia Giménez, la restauradora del Ecce Homo de Borja
Cecilia Giménez, la aragonesa que en 2012 intentó restaurar el Ecce Homo de Borja, ha fallecido a los 94 años en la residencia de ancianos Sancti Spiritus, donde residía.El acto de fe de Cecilia Giménez la catapultó a ella y a la pequeña localidad aragonesa a la fama en 2012, cuando intervino el Ecce Homo. Un pequeño fresco de Elías Martínez que data de principios del siglo XX que decoraba una de las parecedes de la iglesia del Santuario de la Misericordia de la localidad. «Hablar de Cecilia es hablar de madre entregada, de lucha, de fuerza , pero sobre todo es hablar de generosidad, cualidades que le han servido para ganarse el cariño de todo el mundo», han expresado desde el Santuario.«No he querido aprovecharme»Si bien en un primer momento la polémica intervención causó revuelo por el daño patrimonial que sufrió el fresco, lo cierto es que situó a Borja en el mapa. Hasta allí llegaron, quién sabe si atraídos por el morbo o la curiosidad, turistas nacionales e internacionales . Incluso, en Japón se comercializaron caramelos envueltos con el rostro del Ecce Homo. «Yo no me he querido lucrar ni aprovecharme de lo sucedido», señaló la propia Cecilia Giménez a ABC un año después de la tormenta mediática.De hecho, decenas de miles de personas han visitado desde 2012 el santuario para ver en persona la peculiar restauración. Además, el dinero recaudado con las entradas se destina íntegramente a la Fundación Hospital Sancti Spiritus y Santuario de la Misericordia, para mejorar sus instalaciones y ayudar a las personas mayores con menos recursos de la residencia, donde ha fallecido Cecilia Giménez tras varios años «delicada» de salud y con demencia senil. «Una vecina muy bien intencionada decidió, por su cuenta y riesgo, restaurar el fresco que, en realidad, estaba en mal estado fruto de la humedad del templo», explicó en aquel momento el concejal de Cultura de la localidad a ABC Punto Radio. «En Borja, al principio, se pensó que fue una gamberrada. Cuando se enteraron de lo que había detrás y que era mi tía, porque la gente la quiere mucho y sabe la vida que ha llevado , empezaron a defenderla y se volcaron para que nadie la lastimara», rememoraba Marisa, su sobrina, años después en ABC.