¿Qué pasa si uno solo de los ganadores del Gordo de Villamanín decide denunciar?
Los expertos consultados por EL PAÍS señalan que el acuerdo votado entre la Comisión de Fiestas y los premiados no tiene validez jurídica
La iglesia, el río y las montañas de Villamanín parecen las mismas. Pero no lo son. Mucho ha cambiado y mucho ha sucedido desde que el pasado 22 de diciembre llovieran los millones del Gordo de Navidad en este pueblo leonés. Entre los vecinos, se hace difícil evitar el monotema, el origen de la discordia: los jóvenes de la Comisión de Fiestas informaron a la administración de lotería que habían vendido 400 participaciones en décimos, en lugar de las 450 que realmente vendieron. Las 50 que no se consignaron quedaron sin los 10 décimos de lotería que les debían dar validez y, por tanto, sin los cuatro millones de euros con los que hubieran sido premiadas. El follón estaba servido. El viernes se reunieron muchos de los premiados y los miembros de la Comisión durante casi cuatro interminables horas: “¿Qué hacer?”, “¿Cómo cubrir ese agujero de cuatro millones?”. De allí salieron con un acuerdo. 24 horas después, los expertos consultados informan a EL PAÍS que no tiene validez jurídica ni vinculación.
Se votó una solución por mayoría y a mano alzada: los jóvenes de la Comisión renunciarían al premio de las participaciones que ellos mismos habían comprado y los premiados aceptaban una quita porcentual de sus premios hasta cubrir los cuatro millones. Durante unos momentos, se respiró alivio, pero la esperanza duró poco. Los pormenores del acuerdo no habían quedado sellados en ningún papel. Las cifras cambiaban en función de a quién se le preguntara. En la votación no hubo, ni de lejos, unanimidad. Los abogados consultados por este periódico afirman que una votación así no tiene visos de llegar a ningún sitio.
El acuerdo, señalaron algunos de los presentes en la reunión, quedaba sujeto a que todo el mundo se comprometiera a no demandar a la Comisión. Sin embargo, por las calles del pueblo, a la mañana siguiente de la gran discusión, ya empezaba a recorrer un runrún: ya hay quienes anuncian acciones legales frente a la Comisión. ¿Qué ocurrirá si un solo premiado denuncia? Por lo pronto, el débil acuerdo alcanzado quedará, si no lo es ya, en papel mojado.

