Rollos de papel higiénico y premios: el método casero y barato para tener entretenido a tu gato
Los gatos domésticos necesitan retos diarios para mantener cuerpo y mente en equilibrio, algo que no tiene por qué suponer un sobrecoste.
En la vida cotidiana de un gato doméstico late un instinto que apenas ha cambiado desde sus ancestros salvajes. A pesar de adaptarse al interior de los hogares, los felinos mantienen la necesidad de explorar, investigar, perseguir y resolver pequeños desafíos. Cuando estos estímulos faltan, no tardan en aparecer comportamientos derivados del aburrimiento o la frustración, desde el exceso de acicalamiento hasta las travesuras nocturnas.
El enriquecimiento ambiental surge precisamente para cubrir esas carencias: una combinación de estímulos físicos, sensoriales y cognitivos que ayudan al animal a expresar de forma sana todo su repertorio natural.
Quienes conviven con un gato suelen pensar en rascadores, estanterías elevadas o juguetes interactivos como opciones habituales, pero el enriquecimiento ambiental no tiene por qué asociarse a un gran desembolso.
De hecho, algunos de los métodos más eficaces nacen de materiales sencillos y del sentido común, como ofrecer oportunidades para trepar, esconder pequeños premios que despierten la curiosidad o introducir variaciones en la rutina diaria.
Los gatos encuentran motivación en la novedad y en los desafíos que imitan, aunque sea de manera simbólica, las dinámicas de la caza y la exploración. Pero, ¿cómo podemos cubrir estas necesidades y ahorrar dinero a la vez?
Murgel y sus ideas 'low cost' de enriquecimiento ambiental
Las redes sociales se han convertido en una forma ideal de compartir ideas. Un ejemplo claro es el 'catfluencer' austriaco Murgel, cuya cuenta de Instagram está dedicada a compartir formas de enriquecimiento ambiental felino asequibles para todos los bolsillos.
En uno de sus vídeos podemos ver una forma económica y fácil de crear en casa para mantener a nuestros mininos entretenidos: una estructura elaborada únicamente con rollos de cartón encajados dentro de una caja.
Se colocan los tubos de cartón en filas dentro de la caja, de forma que encajes y no se muevan y dentro se introducen premios comestibles. De esta forma, el gato tiene que combinar olfato, vista y destreza para extraerlos de los tubos. Una idea sencilla que se convierte en algo nuevo y atractivo para nuestro gato y que no solo estimulan la mente del felino, sino que refuerzan su autonomía al permitirle resolver pequeños retos por sí mismo.
Este tipo de enriquecimiento casero ofrece varias ventajas. La primera es su coste prácticamente nulo: basta con guardar los tubos de papel y una caja resistente. La segunda es su capacidad para adaptarse al carácter del gato; se pueden variar la cantidad de tubos, la profundidad, el tamaño de los premios o incluso el ángulo de la estructura para aumentar la dificultad. Y la tercera es la posibilidad de renovar el interés con cambios mínimos, algo fundamental para animales que se aburren con facilidad de los juguetes comerciales.