Sedar a un animal para volar: una práctica normalizada que puede costarle la vida
Cada vez más vídeos de animales sedados antes de volar encienden la alarma entre expertos en transporte animal y plataformas especializadas.
Viajar en avión con un animal de compañía sigue siendo una experiencia cargada de dudas, miedos y decisiones precipitadas. En ese contexto, la sedación previa al vuelo se ha convertido en una práctica que muchos tutores aceptan sin cuestionar, a menudo empujados por la ansiedad o por recomendaciones poco meditadas.
Sin embargo, lo que parece una solución rápida para "evitar sufrimientos" puede esconder riesgos graves para la salud de perros y gatos. Desde la plataforma FlyTogether, su fundadora, Sonia Aguado, lanza una advertencia clara y contundente contra una costumbre que, lejos de proteger, pone en peligro a quienes no pueden decidir por sí mismos.
"Estoy indignada de ver videos de perros/gatos sedados el día antes (o incluso horas antes) de un vuelo, solo porque un veterinario les 'recetó' algo para que los dueños viajen más tranquilos", denuncia. "Es indignante, además de cero profesional".
Aguado es tajante al respecto, y asegura que "la sedación en vuelos no es una solución, sino es un riesgo grave que puede costarle la vida a un animal". "Medicar a un perro o un gato antes de volar no elimina el estrés del viaje, sino que introduce variables físicas difíciles de controlar en un entorno ya de por sí exigente", afirma.
"La combinación de fármacos con la altitud, los cambios de presión y la temperatura puede alterar funciones vitales como la respiración o la presión arterial, aumentando exponencialmente el peligro", añade. "Un perro o gato sedado puede tener dificultades para mantener el equilibrio o reaccionar ante el movimiento del avión o de la caja al ser transportada. Y ya sabemos como las transportan".
Lejos de calmar, la medicación también puede provocar el efecto contrario al despertar. Algunos animales reaccionan con desorientación, miedo o incluso mayor agitación, lo que agrava su sufrimiento tras el aterrizaje.
La sedación en vuelos no es una solución, sino es un riesgo grave que puede costarle la vida a un animal
A ello se suma un factor práctico que muchos desconocen. "Muchas aerolíneas no aceptan animales sedados por estos riesgos; incluso pueden rechazar el embarque si notan que el animal no está en pleno control", advierte la experta.
Desde FlyTogether, la fundadora insiste en que existen alternativas mucho más seguras y respetuosas con el bienestar animal. La clave está en la preparación previa, en reducir estímulos estresantes y en adaptar el viaje al animal, no al revés.
Aguado subraya que "solo en casos excepcionales, y con un veterinario que conozca bien al animal, podría considerarse una sedación leve, controlada y con seguimiento", dejando claro que . "Ya es hora de dejar de normalizar prácticas que ponen en peligro a nuestra familia animal", pide.