Sánchez pide a los ministros medidas sociales que no dependan del Congreso para recuperar el pulso
SOURCE:El Pais|BY:José Marcos García
El presidente encarga propuestas disruptivas y claramente identificables con el Gobierno que no necesiten ser aprobadas en las Cortes para recobrar la iniciativa en el nuevo ciclo electoral de 2026
Pedro Sánchez no da la legislatura por finiquitada, pero tampoco se hace trampas al solitario sobre la debilidad parlamentaria del Gobierno. El presidente ha pedido a los ministros de la coalición de PSOE y Sumar que cada uno le presente un listado de tres o cuatro medidas de carácter social que el Ejecutivo pueda aprobar en 2026 sin que tengan que pasar por el Congreso, según ha podido confirmar EL PAÍS de una decena de fuentes gubernamentales. Es decir, sin que la acción legislativa de La Moncloa dependa de la volatilidad de un bloque de la investidura hecho trizas, donde Podemos hace tiempo que está a la contra y Junts insiste en que ya dio por roto en otoño el pacto que hizo presidente a Sánchez, aunque todo ese resquemor no se traduzca en la caída del Gobierno.
El presidente realizó el encargo en noviembre y en las semanas posteriores insistió en su demanda de propuestas “ambiciosas” y “disruptivas”, según coinciden ministros, secretarios de Estado y otros altos cargos de La Moncloa. La petición “no era una tormenta de ideas”, detalla un peso pesado del Gobierno, sino una relación de “ideas específicas y vendibles”, que sean “fáciles” de llevar a la práctica y “conecten con la gente”, que pese a los buenos datos macroeconómicos sufren el incremento del coste de la vida, con el precio de la vivienda convertido en uno de los principales problemas sociales.
El objetivo de Sánchez es tratar de recobrar la iniciativa después de un cierre de año calamitoso por los escándalos de corrupción y de acoso sexual, y la catástrofe de los socialistas en Extremadura. La fórmula para marcar la agenda pública sería mediante una serie de medidas de impacto cuya convalidación no dependa de la Cortes y los ciudadanos pueden atribuir sin dudas al Gobierno y no a otras Administraciones como las comunidades autónomas, gobernadas en su mayoría por el PP. En un carril paralelo irían medidas que deben ser aprobadas en el Congreso como la revalorización de las pensiones y otras propuestas que forman parte del último escudo social, o el incremento del salario de los empleados públicos. El respaldo a esas iniciativas está en el aire pero el Gobierno juega con las dificultades de Junts para justificar su rechazo o las del mismo PP, que hace un año votó en contra de la revalorización de las pensiones en un país con 9,4 millones de jubilados. Sin embargo, el Ejecutivo es consciente de que el margen para confiarse es cada vez más reducido: en septiembre sufrió un durísimo revés
Las perspectivas del Gobierno en el Congreso no son nada halagüeñas y, de hecho, el proyecto de Presupuestos se presentará sin ninguna garantía de éxito en el primer trimestre de 2026. Por eso, Sánchez guarda con celo los anuncios que tiene en mente, según las fuentes consultadas. Las medidas no tendrán por qué conllevar un importante desembolso de gasto público, conceden en La Moncloa. No obstante, a nadie se le escapa que la mejora del salario mínimo será una de las medidas estrella del plan diseñado por el Gobierno. El salario mínimo se ha subido durante el mandato de Sánchez un 61%, desde los 736 euros en 2018 a los 1.184 euros brutos al mes en 2025 repartidos en 14 pagas.
Los expertos requeridos por el Ministerio de Trabajo que dirige la vicepresidenta segunda Yolanda Díaz proponen que sea de 1.221 euros brutos mensuales en 14 pagas en 2026 si está exento de tributación o de 1.240 si aporta al IRPF. La coalición ya demostró su capacidad para convertir una medida positiva en un enfrentamiento agrio entre PSOE y Sumar por la tributación del salario mínimo y por eso busca una fórmula de consenso que contente a los dos socios. Hacienda baraja una deducción de unos 600 euros para que los perceptores del futuro salario mínimo no paguen IRPF.
Otro ejemplo de por dónde van los tiros, destacan en uno de los ministerios focalizados en las políticas sociales, es el programa de ayudas públicas de hasta 100 euros que ha entrado en vigor este mes para financiar gafas o lentillas a menores de hasta 16 años promovido por el Ministerio de Sanidad. En La Moncloa diferencian a los ministerios de más contenido social, como Transportes o Vivienda, pero también destacan el músculo que ha adquirido Defensa tras el compromiso de Sánchez de invertir 10.471 millones más de euros para cumplir con el 2% del PIB en gasto militar este año. “Eso supone en la práctica 220.000 puestos de trabajo en un corredor industrial por toda España”, resalta un secretario de Estado, que destaca que se trata de una política que permite fijar población con empleos cualificados en provincias como Soria, Jaén y Teruel.
La Moncloa tampoco da pistas de los plazos que maneja. La discreción es total, con departamentos estancos, como reconocen varios ministros. “Yo no conozco las propuestas del resto de ministerios”, dice uno de ellos. Lo que sí se da por seguro es que Sánchez las presentará y que parte de ellas coincidirán con un arranque de año condicionado por la próxima cita electoral, el 8 de febrero en Aragón, y un mes después por los comicios de Castilla y León. Las elecciones en Andalucía se celebrarán como tarde en junio. “Viendo el calendario, es lógico que el presidente quiera disponer de un cajón de iniciativas a las que recurrir para ir sacando y diferenciarse [de la derecha]. Es verdad que el ruido mata al contenido, pero cuando tienes algo interesante, también te resuelve el ruido. Y a fin de cuentas, el BOE es el BOE”, observa otro ministro.
Una de las lecturas que ha dejado la debacle del PSOE en las elecciones extremeñas, en las que se desplomó de 28 a 18 escaños respecto a las elecciones autonómicas de 2023 y perdió más de 100.000 votos (se hundió de 242.659 a 136.017) y 14,2 puntos de apoyo (del 39,9% al 25,7%), es que la mayor parte de ese boquete de votantes optó por la abstención en vez de por la derecha. “Se quedaron en casa sobre todo por el descontento con el candidato ―Miguel Ángel Gallardo, que dimitió el martes como secretario general― y por tanto son recuperables, pero tenemos que generar esperanza, darles futuro. No basta con la gestión desde 2018, hay que seguir transformando España”, sentencian en el círculo del presidente, donde alegan que las medidas que Sánchez estudiará estos días se tienen que identificar de forma clara con el Gobierno “en contraposición a la gestión de PP y Vox”.
Una de las reflexiones del presidente en la reunión de la dirección del PSOE del lunes de la semana pasada fue que los ciudadanos no perciben “la involución” en las políticas públicas que achaca a los pactos de la derecha y la ultraderecha “gracias a que el PSOE gobierna España” y “les pone freno”. En esa línea se pronunció el martes Elma Saiz en su estreno como nueva portavoz del Ejecutivo en lugar de Pilar Alegría a raíz del adelanto electoral en Aragón. “La ciudadanía de comunidades autónomas donde se están desarrollando los pactos de PP y Vox todavía no está sufriendo ni viendo las consecuencias de la involución de los recortes que plantean dejando morir los servicios públicos o libertades como la del derecho al aborto porque el Gobierno de España está siendo una garantía para proteger esos derechos y servicios públicos”, observó. En esa comparecencia, Óscar Puente recalcó que el Ministerio de Transportes había llevado al Consejo de Ministros solo en diciembre “asuntos a aprobación por importe de 3.008 millones de euros”. ”Sin Presupuestos o con Presupuestos prorrogados", remachó, insistiendo en que el Gobierno adopta cada semana “medidas importantes para la vida de la gente” sin depender del Congreso.
Una ministra interpreta que hay otro mensaje de fondo en las tareas que Sánchez ha impuesto a los 22 ministerios: su disposición a seguir gobernando frente a la idea que traslada el PP de un Gobierno en plena agonía. “El presidente tiene la disposición de gobernar y continuar haciéndolo y es una forma de trasladárnoslo a todos. Quiere ideas innovadoras, pero también que al personal le quede claro que está enchufado y que nos exige lo mismo”, apunta. “Y que todos pensemos que no habrá elecciones generales hasta 2027″, concluye.