Surgió para acabar con las falsificaciones y se ha convertido en un icono: el Monogram de Louis Vuitton celebra sus 130 años en 2026
Georges Vuitton, hijo del fundador de la firma francesa, ideó este diseño en 1896 para defender la autenticidad de sus creaciones. Desde entonces ha seducido a celebridades como Catherine Deneuve o Tina Turner y ha sido interpretado por artistas como Takashi Murakami o Yayoi Kusama
En 1896, el de las imitaciones ya era un problema. Eso constató Georges Vuitton, hijo de Louis Vuitton. El fundador de la firma francesa había creado una marca sólida partiendo de muy poco: procedía de una familia de molineros del departamento del Jura, al este de Francia, y con solo 16 años, en 1837, comenzó a trabajar en París, como aprendiz en el taller del maestro baulero Romain Maréchal. Destacó en el oficio, sus maletas y bolsos de viaje crecieron en demanda y 17 años más tarde abrió su primera tienda, cerca de la emblemática plaza Vendôme. Sus clientes iban de los distinguidos pasajeros del Orient Express a la emperatriz Eugenia de Montijo. Georges —el único varón de los tres hijos que tuvo con su mujer, Clemence-Emilie Parriaux— trabajaba con su padre y vio que el éxito conllevaba un problema: otros copiaban sus productos, las falsificaciones proliferaban. Por eso ideó el Monogram, un diseño para identificar sus piezas como auténticas que se erigió como símbolo de la casa y se convirtió en el germen de la logomanía en el mundo de la moda.
“La iconografía desempeña un papel crucial a la hora de trazar la identidad de una marca. Y en este sentido los logos son una simbología que trasciende cualquier barrera lingüística y es comprendida inmediatamente por millones de personas de todas partes del mundo”, explica en su podcast April Calahan, historiadora y comisaria del FIT Museum. De ahí la importancia del estampado ideado por Georges Vuitton. “El Monogram es mucho más que un emblema; es la esencia misma de Louis Vuitton”, subraya en declaraciones a S Moda Pietro Beccari, presidente y CEO de Louis Vuitton (y también del grupo de Moda de LVMH a partir de enero). A la hora de diseñarlo, Georges Vuitton quiso rendir un homenaje a su padre, entrelazando sus iniciales en el logotipo, y completar el motivo con medallones florales. Lo hizo inspirándose en la influencia historicista del neogótico y en el japonismo, una de las corrientes artísticas imperantes en la época, que con sus trazos gruesos de tinta negra influyó en obras de pintores como Henri de Tolouse-Lautrec, Paul Gaugin o Vincent Van Gogh.

