Tailandia y Camboya pactan el fin de unos choques que dejan un centenar de muertos y 700.000 desplazados
Los dos países del sudeste asiático firman un alto el fuego después de que a principios de diciembre rompiesen la frágil tregua que Trump promocionó
Tailandia y Camboya han firmado este sábado un acuerdo de alto el fuego con efecto inmediato, que pone fin a 20 días de enfrentamientos fronterizos ininterrumpidos. La escalada militar ha dejado al menos 101 fallecidos y cerca de 700.000 desplazados a ambos lados de la frontera. Los choques han incluido ataques aéreos, intercambios de cohetes y bombardeos de artillería pesada. Los combates habían dinamitado una tregua pactada en julio, que el presidente estadounidense, Donald Trump, había presentado como un logro diplomático propio. Han sido, de hecho, los choques más graves y mortíferos entre dos miembros de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) en sus 58 años de existencia.
Bangkok y Phnom Penh se han emplazado desde este mediodía (hora local, la madrugada en España) a finalizar “los ataques contra civiles, infraestructuras y objetivos militares en los dos lados de la línea divisoria”, según la declaración conjunta rubricada por el ministro de Defensa tailandés, Natthaphon Nakrphanit, y su homólogo camboyano, Tea Seiha.
Además, sus ejércitos se han comprometido a evitar provocaciones, manteniendo “los actuales despliegues de tropas sin nuevos desplazamientos” y a no difundir información falsa o tendenciosa sobre el conflicto. El texto alerta también de que “cualquier refuerzo [de efectivos] elevaría las tensiones y socavaría los esfuerzos a largo plazo para resolver la situación”.
El documento señala que el alto el fuego no afectará a las actividades de demarcación fronterizas que llevan a cabo ambas partes, y subraya que la tarea de resolver las zonas en disputa recaerá en los mecanismos bilaterales existentes. “El pueblo tailandés y el pueblo camboyano no están en conflicto”, ha insistido a los periodistas el jefe de la Fuerza Aérea de Tailandia, el mariscal del aire Prapas Sornjaidee, informa Reuters.
El desplazamiento de tropas a puntos sensibles de la frontera (de 817 kilómetros) ha sido el detonante recurrente de los choques entre los dos vecinos, que se han producido de forma intermitente durante décadas. El conflicto hunde sus raíces en la época colonial, por un mapa trazado cuando Camboya formaba parte de Indochina y se encontraba bajo dominio francés, que Phnom Penh y Bangkok interpretan de forma diferente. La construcción de posiciones militares o el despliegue de patrullas avanzadas en áreas sin demarcación clara ha precedido a la mayoría de las escaladas armadas desde 2008.