Taller de Músics, la casa del Raval donde Rosalía aprendió a ser una artista global
«Era una joven llena de curiosidad, que estaba atenta, preguntaba, muy buena estudiante, siempre risueña y cercana». Así describe a Rosalía Cristina Canet, su profesora de lenguaje musical y percepción auditiva en el Taller de Músics . Ella la enseñó, entre otras cosas, a escuchar, a saber interpretar aquello que sentía cuando escuchaba música. La responsable de 'Motomami', 'El mal querer' y 'Lux' estuvo tres cursos en la institución, y dos más en la escuela superior, justo antes de saltar al estrellato. «Siempre fue muy inquieta, con un gran talento musical, así como una compositora muy potente. Chiqui de la Línea, maestro de cantaores, siempre decía que cantaba de manera añeja, pero que sonaba vanguardista. Eso la hacía muy especial», afirma Luis Cabrera, alma máter de la institución y uno de sus miembros fundadores que ahora, con 71 años, mira con orgullo sus 45 años de trabajo.La célebre cantante, convertida a sus 33 años en auténtico fenómeno mundial, no es el único caso de artista de renombre que ha pasado por la escuela. Entre otros, el Taller de Músics ha dejado su impronta en nombres como Santiago Auserón, Miguel Poveda, Andrea Motis, Salvador Sobral, Judit Neddermann o Amaia Miranda , entre muchísimos otros. Un centro de enseñanza pionero que en 1979 consiguió fusionar como no lo hacía otro sitio el alma y el duende de la música en directo con el rigor y el estudio de la música popular, primero el jazz, después el flamenco y a continuación el blues o el rock. «La música no se enseña sólo en el papel. El 70 por ciento de músicos no funcionan con partituras, por eso desde el primer momento entendimos que era vital que nuestros alumnos practicaran lo que aprendían, que saltasen al escenario, que se probasen delante de los demás», señala Cabrera.Arriba: Ana Brenes, Cristina López, Thais Hernández, Queralt Lahoz, «Morente & Roach in memoriam» , Ciutat Flamenco, 2020. Izquierda: Enrique Morente, Tomatito, Lluís Cabrera. Derecha: Javier Colina, 30è Seminari Internacional de Jazz, 2010Ese es el eje principal de la institución, que no sólo es una escuela, si no también una oficina de 'management', un jazz club, y organiza festivales y mueve la escena musical desde todos los puntos de vista, incluyendo programas sociales e inclusivos. Los alumnos entran, aprenden los estudios reglados y suben al escenario para vivir en comunidad lo que más aman, la música. « Los profesores te dan mil herramientas para enfrentarte a tu pasión. He aprendido tanto en los últimos dos años que ahora tengo ganas de apartarme un poco, asimilar tanta información, y volcarme de lleno en mi música», asegura Julia Saura, una joven alumna de composición de la escuela a punto de acabar sus estudios e iniciar una nueva etapa.Noticia Relacionada estandar Si Pepe Serra, director del MNAC: «Que se quejen del concierto de Rosalía y no de serrar en 74 piezas los murales de Sijena es absurdo» El museo presenta el inicio de su ampliación, que hará que se cierre la primera planta del centro en 2027 y que no haya más exposiciones temporales hasta 2030, cuando se inaugurarán los nuevos espacios Son muchas vivencias, miles de artistas y 45 años de historia que la icónica institución ha querido resumir con la publicación de un libro que reúne lo bueno y mejor de su increíble trayectoria. «Mis clases con el prestigioso guitarrista de jazz Jordi Bonell me cambiaron la vida, pues me ayudaron a ampliar mi comprensión del oficio y dieron un nuevo impulso a la escritura de canciones», asegura Santiago Auserón, que firma el prólogo del libro. El exlíder de Radio Futura entró en la institución ya convertido en estrella absoluta del pop rock nacional, justo después de iniciar su etapa como Juan Perro. Esto es uno de los detalles que destacan de la escuela, es una institución creada por músicos y para músicos y la cantera más importante de nuevo talento que existe en Barcelona , con permiso de la Masía del Barça. «Rosalía ya hablaba aquí de hacer música para millones de personas. Cuando la escucho me enorgullece reconocer armonías o partes vocales que pudo aprender aquí. Por eso no entiendo cuando la critican por apropiación cultural. No tiene sentido. Lo que está haciendo es asombros», afirma Cabrera.Del Raval al mundo así el Taller de Músics impulsa el talento musical desde el flamenco hasta la vanguardia globalAl entrar en las clásicas sedes del Taller de Músics en las calles Cendra y Requesens, en pleno Raval barcelonés, se respira un ambiente muy familiar. La gran mayoría de profesores fueron primero alumnos y combinan la enseñanza con sus propias carreras musicales. A veces hasta se entremezclan. «A través del managment de la escuela, he tenido la oportunidad de componer la banda sonora de una atracción de Port Aventura , lo que es una locura maravillosa. Sólo es un ejemplo de lo que puede pasar aquí. Compaginas tus facetas como músico y profesor como puedes. Lo difícil son los meses de junio y septiembre, cuando todavía hay clases y la temporada de conciertos se multiplica, pero se lleva bien», afirma Jofre Fité, joven pianista profesor de armonía, análisis auditivo, técnicas de jazz y piano, que a su vez fue exalumno de la Escuela Superior del Taller de Músics, situada en el barrio de Sant Andreu.Arriba: Grant Stewart, 27 Seminari Internacional de Jazz, Villanueva y Geltrú, 2007. Izquierda: Américo Belloto, Thad Jones, 1r Seminari Internacional de Jazz, Banyoles 1980. Derecha: Mulgrew Miller, Tete Montoliu, 11è Seminari Internacional de Jazz, Vic, 1991Aunque no todos los profesores son antiguos alumnos. La escuela está abierta a que músicos ofrezcan sus clases si comparten su misma alma pedagógica y consiguen alumnos que se apunten a sus clases. «En mi caso, una amiga me dijo que buscaban un profesor de composición y en la entrevista vi que no eran tan cerrados como en los conservatorios tradicionales y que me dejarían probar mis propios métodos. Me encantó, los alumnos son gente muy entregada y las clases son muy dinámicas», asegura Àlex Pérez, joven profesor de songwriting y producción artística , que ha compuesto canciones para gente como Miqui Núñez o Alfred García y colaborado con artistas como Clara Peya o Josep Thió.Un ecosistema musical únicoUno de sus alumnos es Pol Martínez, que asegura estar encantado por el ambiente que se crea en la escuela. «Venir aquí es la mejor decisión que he hecho en mi vida. Siempre fui un apasionado de la música y aquí me han quitado miedos, dado una base teórica y un sentido de comunidad que me ha hecho crecer muchísimo», asegura. Junto a él descansa entre clase y clase Nuria Balaguer, coordinadora de combos de voz y profesora de conjunto instrumental y voz . «Fui estudiante entre 2009 y 2011. Después pasé por el Esmuc (Escuela Superior de Música de Cataluña) y ahora ya llevo ocho años como profesora. Aquí convivimos jóvenes y veteranos y hacemos piña. El ambiente es tan abierto que yo, por ejemplo, puedo conciliar muy bien», asegura Balaguer, cantante a su vez del grupo Flor de Canela, y embarazada.Noticia Relacionada En Barcelona estandar Si Rosalía deslumbra en la presentación de la orquestral 'Lux' en la 'listening party' carlos salaEl futuro de la institución pasa por mantener una estructura que ha demostrado que funciona y hacerla sostenible en contextos cada vez más difíciles y volátiles. La Inteligencia Artificial ha puesto en cuarentena la idea de creación y propiedad intelectual y la música en directo parece ahogada entre los monopolios de los grandes conciertos y la dificultad de encontrar pequeñas salas donde descubrir nuevos artistas. Aun así, el Taller de Músics no duda en que la música seguirá siendo ese refugio verdaderamente humano donde reencontrarnos unos con otros. «Como entidad privada, pero con una fuerte tradición de servicio público, nos adaptaremos para estar a la altura de todos estos cambios», concluye Cabrera.
